11.

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—¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo!— Jos rió.

—No lo sé.— reí.—A Joel no le gustan esas cosas— rodó los ojos.— Mira ¡No tienes derecho a quejarte! — le dije adivinando lo que estaba por decir.— Cuando Selena llegó tu me abandonaste eh.— le recorde.— Así que no puedes quejarte que pasó mucho tiempo con Joel.

—Lo sé.—me abrazo.—pero será mi cumpleaños y no puedes faltar.— despeino mi cabello— No me hagas tener que aclarar cuentas con Joel—hizo un rudo tono de voz.

—De verdad me gustaría verte intentando 'aclarar cuentas' con él.— reí. Jos no era debilucho, pero sin duda Joel era capaz de pisotearlo.

— Convencelo, aunque sea vayan un rato.—dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero. Seguí sacando mis libros y guardando los que ya no necesitaría.

—¿Qué quería?— su voz me hizo estremecer.

—Me aviso que en dos semanas hará una fiesta por su cumpleaños—me gire sobre mis talones para verlo de frente.

—¿Irás?

—No.—di un beso en su mejilla.—Iremos... ambos estamos invitados — agudizo la mirada.

—¿Yo, en una fiesta de Jos? ¡Ja! No creo.

—Sabes... Deberías ampliar tu círculo de amistades.—carcajee.

—Eres la menos indicada para dar ese consejo.— se unió a mis risas.

—Solo me refería a Jos.— bajé la mirada.— Me gustaría que ustedes se llevarán bien.— acaricie su mejilla y él me envolvió aún más en sus brazos—¿Eso es posible?— pregunté mirando con súplica.

—¿Es posible que tú te lleves bien con Al?— me respondió con otra pregunta.

—Lo intente, pero ella me detesta.— tal vez no lo había intentado, pero la parte de ella me detesta era verdad.

—Y yo detesto a Jos.— sonrió hipocritamente.

—¿Por qué?— indague casi en un grito.

—No me gusta que sea tan... Demostrativo contigo.

—¿Demostrativo?— una carcajada se escapó mis labios — estás celoso—pase mis brazos por su cuello atrayendo su rostro al mío.

—Tal vez.—susurro antes de unir nuestros labios.

—¡Dios, que repugnante!— ¿Por qué demonios había nacido?

—No tanto como tú vestido.— regresé a los labios de mi novio. Después de escuchar un 'ya basta megan' de parte de Christopher.

—Seguro su psicólogo tiene un altar de honor.

—No lo dudes.

Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido con Joel. A pesar de no ser muy extrovertido me mataba de la risa, sus ironías, sus malas bromas.

—¿No irás a trabajar?—pregunto alegremente Chris.

—Si, solo los dejaré en la casa y me iré.— Lizzy, Chris y yo suspiramos tristes, él solo rió.—Ah por cierto Dan quiere reclamarte por su empleo de medio tiempo—ambos reímos.

—¿A qué hora vuelves?—enrede mis dedos en su cabello mientras hablaba entre besos.

—Ocho tal vez nueve.—me respondió y paso su mano por mi nuca atrayendome más a él.

—Te amo.— dije haciendo un gran esfuerzo para alejarme ya que si no lo hacía no lo dejaría irse.

—Te amo más.— di un último beso y salí del auto finalmente dejándolo ir.

Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos, hicimos tareas, vimos tv mientras comíamos, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa.

Voltee hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los párpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomode en el sillón y seguí mirando la pantalla  hasta que prácticamente todo se volvió negro.

Narra Jos.

Entre a la sala y ví la televisión prendida. Renegue mientras cruzaba la sala para apagarla ¿Les costaba tanto apagarla antes de subir? Al darme la vuelta ví porque no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón, Lizzy y Chris estaban tapados hasta el cuello por una frazada celeste y ____ abrazaba sus rodillas, seguro tenía frío.

Después de dos viajes de Lizzy y Chris ya estaban en sus respectivas habitaciones.

Me senté con cuidado en el sofá, no quería despertarla. Solo me gusta admirarla, mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al abrir sus ojos.
Acaricie con la yema de los dedos su suave piel de su pierna. Se estremeció un poco pero siguió como si nada, me puse de pie y la tomé entre mis brazos, en automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceó algo indescifrable y después solo sentí su respiración chocar en mi cuello.

La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron.

—Hey.— alargó entre dormida.

—Hey.— le sonreí.

—¿Cómo te fue?— se hizo a un lado para dejarme espacio.

—Bien... Creo y ¿A ti?

—Muy bien.—estaba a punto de recostarme  a su lado cuando el timbre sonó.

___ volteo hacia la mesa de noche y vió el reloj, nueve y veinte de la noche.

—Ya vuelvo.— dió un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.

—Llama a ____ ahora mismo.— apenas y abrí la puerta, ordenó.

—Ella no...

—No te atrevas a mentirme Joel.— amenazó y entro a mi casa.— Se que ella está aquí así que hazme favor de llamarla.

—No quiero ser grosero pero no recuerdo al haberla invitado a pasar y no tiene derecho de venir y dar órdenes aquí.

—Oh claro que lo tengo.— su fuerte mirada se clavo en mi, algo que tenía en común con su hija— Mi hija es menor de edad — recalcó —Esta aquí... No te metas en problemas y llámala. —se dió la media vuelta para caminar hacia la puerta.— Con todo y maletas claro.

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chico rudo.-J.P 2/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora