capítulo 11.

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Entre chiflidos, vulgares  halagos llegue al campo.

—Tardaste demasiado.—exagero Megan.— Acomódate en tu lugar—me indico y acate la orden.— No, espera.— me detuvo.— Tú.—apunto a unas de las chicas de la segunda fila.— vete al lugar de _____.— está abrió los ojos como platos, digamos que no le gustaba mucho la idea de estar atrás.— Kate toma el lugar de ella.— igual que la 'tu' Kate y Stef formaron una o con su boca.

—Pero Megan...— dijo con una voz aguda. La líder puso los ojos en blanco.

—Solo será por esta vez.— dijo con fastidio.— Ahora cambiate.— ordeno.

—¡Megan!— volvió a hablar.

—¡Kate!— le grito de mala manera.— ahí te quedarás, mejora tus saltos si quieres estar al frente.

wow, creo que me trata mejor a mi que soy su 'enemiga' que a sus amigas. No logro entender porque siguen detrás de ella.

—Acomódate ahí.— me dijo a mi, que solo me dedicaba a ver la escena divertida.

Caminé hacia frente y me coloque en el antiguo lugar de Kate. El partido comenzó, los gritos no se hicieron esperar al momento que los equipos empezaban a entrar a la cancha.

—Eres una a ni ma do ra.—me dijo en sílabas Megan.— ¡Así que ánima!— me grito ya que yo no me movía. Rodé los ojos y me metí al papel de animadora.

No habían pasado más de veinte minutos del partido, cuando comenzó a llover, al inicio eran pequeñas gotas,  pero en cuestión de segundos era una lluvia espantosa, muy fuerte.

—No te quejes Stef.— le dijo Megan.

—Solo es agua.— tenía razón, solo era agua. No había motivo para quejarse como lo hacía Stef.

—Mi cabello se arruinará.— dijo con desespero, solté una carcajada. Ahora sí agradecí que Megan me hubiera obligado a atarme el cabello. Ya me dolía la garganta, tenía frío y estaba cansada. Jamás había gritado y bailado tanto y menos bajo la lluvia. Y aún no había entrado en acción mi plan.

Cinco minutos restaban para finalizar el partido, ambos equipos estaban empatados, el campo ya estaba hecho un desastre, el verde césped se había transformado en un enorme charco de lodo. Los uniformes de los chicos ya no eran naranjas, ahora eran cafés obscuros al igual que mis tenis de tanto salto ya estaban por irse a la basura.
Quedaban menos de dos minutos, Pimentel se apoderó del balón, corría esquivando a todos los que se ponían enfrente, Christopher más adelante seguía corriendo, acercándose a la zona de anotación, para esperar el pase de Joel.  Justo cuando Joel levantó el brazo para lanzar el balón, justo ahí entraba mi plan.

—¡Tú puedes Joel!— grite lo más fuerte que pude, seguido de mi grito, se escucharon los gritos y los aplausos  de todos los espectadores.

—Ya vas aprendiendo.— habló Megan, pero mi mirada estaba fija en alguien, Christopher, qué al escuchar mi reconocible grito volteo inmediatamente hacia donde estábamos. Rodé los ojos para ponerlos sobre Joel, quién en vez de hacerle el pase al ahora distraído de Christopher, siguió corriendo. Todo el público comenzó a gritar más y más, al ver a Joel a solo metros de la anotación, tres segundos para finalizar y Pimentel se lanzó llegando justo  un segundo antes de la finalización  del juego.

Todos corrieron a Joel eufóricos, chocando sus cascos y con fuertes gritos celebraban su victoria.

—¿Qué rayos pasa contigo?— me grito Christopher, mi plan había funcionado.

—¿Conmigo?— pregunté fingiendo no entender.

—Por tu culpa perdí el pase.— me reclamo, obviamente no era el mejor lugar para hacerlo. No, si su novia estaba a escasos centímetros.

—¿Por mi culpa?— pregunté enojada.

—¿Por qué por su culpa?— intervino Megan.

—Yo...yo...—tartamudeo como estúpido.— por nada Megan.— la tomo de la muñeca haciéndola caminar detrás de él.

Ambos me aniquilaron con la mirada y salieron de mi vista.

—Eres perversa chica.— Escuché la voz de Jos y no pude evitar reír.

—¿Viste todo eso?— le dije victoriosa.

—Todos lo vieron.—dijo mientras carcajeaba — se pudria de celos.

—Ahora solo falta mi tercer pájaro.— sonreí perversa.

—_____ yo estoy segura de que ese se te escapara.

—¿por qué?

—Miralo.—señalo con la cabeza a Joel quién caminaba hacia la salida rápidamente y cara de con pocos amigos.

—¡Demonios!—grite furiosa mientras corría por mi bolsa y solo escuchaba la carcajada de Jos—Te quiero— dije y bese su mejilla.—Si fuera tú, empezaría con los trabajos.— le dije mientras corría hacia la salida.

Perfecto, acabo de arruinar mi plan. No lograba ver a Joel, seguramente ya se había ido. Resignada caminé hacia mi auto, caminaba entre los autos tratando de llegar al mío.
Al menos Megan y Christopher no pasaran una buena noche, reí en mi interior.

Seguía caminando entre la oscuridad del enorme estacionamiento. Hasta que logré visualizar mi coche, pero antes de llegar me sujetaron de la muñeca tirándome fuertemente y tan rápido que no pude ni gritar.

—¿Por qué me fastidias?— logré reconocer el rostro de Joel en medio de la oscuridad, era Joel quien me sostenía de la muñeca y me veía con toda la ira del mundo.

—¿Yo? ¿Fastidiarte?— afortunadamente la actuación es algo que se me da.— ¿Ahora que hice?

—Volverte porrista, ese grito.— sentía su respiración mezclándose con la mía.— Entiéndelo, no me interesa nada relacionado contigo, ni amistad ni mucho menos tu apoyo.— libero mi muñeca, pero mi cuello seguía siendo prisionero.

—¿Seguro?—susurre sobre sus labios mientras subía sus manos por su cuello, solo que yo al contrario de él, lo acaricie suavemente.

Tragó saliva, aunque lo disimulara obviamente estaba nervioso. Detuve mis manos en su nuca para lentamente eliminar  los escasos centímetros que nos separaban.

Ahhhh

chico rudo.-J.P 2/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora