19.

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—¿Me vas a contar que te pasa?— pregunto abriéndome la puerta del auto.

—No Christopher— rodé los ojos y subí al auto— Solo vámonos ya, por favor.

—Como tú digas— sonrió y rápidamente rodeo al auto para subirse al lado del piloto.

—¿Y Joel?— pregunto rompiendo el silencio, una lágrima se deslizó y rápidamente la limpie.

—Te agradecía que dejaras de hacerme preguntas— dije sin siquiera verlo, seguía con mi mirada a la ventana.

—Lo siento, solo que no te ves bien y el auto de él estaba afuera ¿Se enojaron?— rodé los ojos, estaba por decirle que me bajará ahí cuando mi celular vibró.

Mi celular indicaba que era Joel quien llamaba, incline mi cabeza haciendo que mi cabello cubriera mi rostro ya que no podía resistir más y las lágrimas tomaban sus propias decisiones.

Me debatía en rechazar la llamada  o solo no responder, me decidí solo no respondería, guarde de nuevo el celular en mi bolso y disimuladamente limpie mis lágrimas de mi rostro.

—¿Qué ha sido tan malo para que derrames lágrimas por él?— voltee a verlo sorprendida, pensé que no se daría cuenta.— te conozco muy bien ¿Recuerdas? — Tomó mi mano y la soltó dándome mi espacio, acción que agradecí inmensamente.

—No tiene importancia— susurré y una vez más regrese mi mirada hacia la ventana.

Afortunadamente no pregunto más y el celular no vibró más.

—Aquí — le dije señalando

—¿Qué?— dijo Christopher más que sorprendido.

—que aquí está bien, aquí déjame— aclaré, ya que podría ser malinterpretada.

—No te dejaré en ese hotel de cuarta.— dijo Christopher con repulsión. De hecho yo no estaba muy contenta pero no traía mucho efectivo para uno mejor y no traía mi cartera.

—No te estoy preguntando si me dejas quedarme o no ...

—No se qué mierda te hizo Joel pero, yo no te dejo aquí— me interrumpió y siguió conduciendo— ¿Tu casa o la de Joel?— pero que magníficas opciones me dió.

—Regresa al hotel— dije cruzandome de brazos— no iré a ninguno de esos dos lugares.

—¿Entonces?— exhaló con fastidio.— ni pienses que dejaré en uno de esos lugares.— se refería al hotel, no respondí—bien, ¿No elegirás alguno? —negue con la cabeza— perfecto— rodó los ojos y volvió a mirar el camino.

—Gracias por nada Christopher— dije con fuerza cerrando la puerta del auto odiaba que hiciera eso.

—Aún sigo detestando que hagas eso — dijo como si leyera mentes.

—da lo mismo.— dije acomodando mi vestido antes de caminar por la calle.

—¿A dónde crees que vas?— pregunto retóricamente

—no me quedaré en tu casa, iré a buscar un hotel.—  seguí caminando y un fuerte viento me hizo temblar y enmaraño mi cabello, maldije con ganas de tirarme al piso y llorar hasta quedar seca.

—No seas ridícula y entra ya.—me gire y lo ví caminando hacía la puerta, ¿Qué más haría? No tenía a dónde ir...una vez más. Tal vez no había sido del todo bueno vivir con Joel.

Tenía mucho tiempo sin entrar a la casa de Christopher, muchos recuerdos me hicieron llegar a mi mente haciéndome estremecer aún más con el viento de afuera.

—Dormirás en mi habitación—dijo mientras subíamos las escaleras—Toma de mi armario la ropa que necesites, yo estaré en la sala—abrió la puerta y se hizo a un lado para que yo entrará.

—¿No saldrás?—pregunte ya que apenas llegó a la fiesta y lo hice regresar.

—no—negó con la cabeza— cámbiate y si tienes hambre baja.

—quisiera bañarme.

—pues hazlo.— dijo obvio, me sonrió y salió de la habitación.

Apenas se cerró la puerta y me desplome en la cama, en automático las lágrimas brotaban como si no tuviera fin. ¿Cómo podía haberme hecho eso? ¡Y con megan! Tal vez yo me había equivocado en el pasado pero eso no le da derecho de acostarse con cualquiera...y mucho menos con mi peor enemiga.
Me dolía el pecho, era el mismo dolor que me había atormentado cuando Joel había dicho que no quería verme. La herida que se abría cerrado ahora se abre y peor que la última vez.
¿Por qué Joel? Era lo único que podía susurrar en el llanto.
¿Por qué siempre había algo o alguien impidiendo lo nuestro? ¿Por qué? ¡Maldita sea!

Haciendo un gran esfuerzo me puse de pie y camine hacia el closet, tome una playera y un short. Lo deje en la cama antes de entrar al baño.
Después de una larga ducha salí y coloque cada prenda en su lugar, solo batalle un poco con el short, ya que lo ponía en su lugar pero este prefería estar en mis tobillos, me los quité y busque otros qué trajeran cintilla para poder ajustarmelos.

Termine de cepillar mi cabello, mire el reloj que estaba en la comoda de a lado de la cama, una de la madrugada.
Dos golpes en la puerta me hicieron sobresaltarme.

—Pasa—dije suponiendo que era Christopher.

—Traje pizza— dijo entrando con la caja—pero tardaste mucho y ahora está fría—rió haciendo una mueca graciosa.

—Esta mejor fría—me senté en la cama.

—¿Me invitas a cenar?— mordió su labio con nerviosismo.

—¿De qué es la pizza?

—Pepperoni y queso extra.—sonrió confiado — tú favorita.

—Entonces si puedes quedarte—ambos reímos.

Comenzamos a platicar, en momentos lograba distraerme lo suficiente haciéndome olvidar todo pero, de un momento a otro la imagen del baño nublaba mis pensamiento, dándome unas inmensas ganas de llorar y llorar ¿Christopher lo sabía? ¿Christopher sabría que su novia estaba desnuda sobre mi semidesnudo novio?

— Christopher...

—¿Si?

—¿Tú sigues con megan?— me atreví a preguntar.

—no— contesto sin importancia.

—¿No?— dije confundida.

—no— respondió como si nada dándole una mordida a su trozo de pizza.

—y...¿Se puede saber por qué?

—___—suspiro— me di cuenta de que ella solo me quiso por alejarme de ti—nego con la cabeza mirando hacia abajo— y para ser sincero...— se acerco un poco a mi— jamás pude olvidarte— sentí mis mejillas arder, en estos momentos no tenía ni la menor idea de cómo reaccionar—te sonrojaste.—dijo sorprendido y rió mientras acariciaba mi mejilla.

—déjame— me cubrí riendo.

—No sabes cuánto envidio a Joel—tomo mi barbilla para mirarme a los ojos— saber que esos labios fueron míos.— los delineó con suma delicadeza  y mis ojos en automático se cerraron— y que deje que otro se adueñara de ellos— sus caricias bajaron desde mi mejillas hasta mi cuello y de un momento a otro sus labios estaban sobre los míos.
Lo hacía con inseguridades, con temor  a mi reacción, y más que mi conciencia gritaba 'detente, detenlo' mis brazos la ignoraron y pasaron por su cuello formando un nudo con su nuca.
Solo escuche el sonido de la caja de la pizza caer al suelo, y sin separarme de sus labios me hinque en la cama para hacerlo acostarse y acomodarme sobre él.

-6 capítulos
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chico rudo.-J.P 2/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora