Habían pasado tres días desde la irrupción de los tres jóvenes en el apartamento de Natasha y sus compañeras,, y ellas habían intentado continuar con su rutina de la manera más normal posible, lo que lograban exitosamente hasta el momento en que tenían que regresar al apartamento porque una vez ahí el miedo no las dejaba estar tranquilas.
Romanoff y compañía se encontraban en la biblioteca del Triskelion haciendo tareas y evitando estar en el apartamento el mayor tiempo posible. El sol estaba por ocultarse y la rusa hubiera dado lo que fuera por estar recostada sobre su cama en su habitación, pero si ella se encontraba en el apartamento sus compañeras también se sentían obligadas a estarlo y era evidente que no se sentían seguras allí, por lo que era Natasha quien ponía la comodidad de sus amigas por sobre las suyas.
No se podía comer dentro de la biblioteca, así que la pelirroja tuvo que subir un piso más para encontrar una máquina expendedora de dulces y poder comprar algo. Todo marchaba relativamente bien hasta que la máquina se atoró y su mecanismo dejo de girar justo antes de que lo que Natasha había comprado cayera para que ella pudiera obtenerlo.
—Mierda —murmuró la rusa en su idioma natal mientras buscaba otro billete en su bolsillo—. Tienes que estar bromeando.
—Te ayudo con eso.
Romanoff reconoció aquella voz inmediatamente y no se sorprendió al ver al joven pelinegro sacudiendo la máquina hasta que lo que ella había comprado finalmente descendió hasta su alcance.
—Eso fue como tener un gran déjà vu... —comentó Natasha después agacharse hasta la abertura de la máquina y tomar su comida—. Fue eso o esa frase es la única forma en la que sabes acercarte a una chica.
—Yo diría que solamente ha sido una gran coincidencia —respondió Rumlow alzando sus hombros de manera despreocupada, restándole importancia al asunto—. Aunque, si quieres, podríamos tener el déjà vu completo —sugirió al acercarse un poco más a la pelirroja—. Dicen que dejan abiertas las salas de proyección de los auditorios, ¿quieres comprobarlo?
Natasha le sonrió como si realmente planeara seguirle el juego a Brock—. Eso depende de qué número sea en tu lista —respondió de la forma más causal a pesar de la importancia del tema.
La sonrisa de Rumlow se esfumó rápidamente al escuchar aquellas palabras y una expresión de fastidio su apoderó de su rostro—. Así que ya lo sabes... —comentó siendo más bien una confirmación para él mismo—. Supongo que eso es un 'no', ¿cierto?
—¿Siendo completamente honesta? No planeaba volver a repetir lo que pasó entre nosotros la noche de la fiesta —admitió la rusa—. Fue algo del momento. Efímero. Espontáneo... Llámalo como quieras
—Creí que había sido buen sexo... —mencionó el pelinegro un tanto desconcertado.
—Lo fue, pero nunca dije que lo íbamos a repetir.
—Tampoco dijiste algo sobre no repetirlo.
Romanoff sonrió ante el comentario del pelinegro—. Escucha, no es personal. Simplemente no suelo repetir encuentros con desconocidos —declaró—. Seamos realistas, ni siquiera nos molestamos en preguntarnos nuestros nombres.
—Eso no nos impidió nada la primera vez —señaló Brock—. Además, parece que ya sabes bien quién soy.
—Nada más allá de tu nombre y tu pequeño problema con la lista... Lo que me recuerda, ¿en qué posición estoy?
Brock rió por la pregunta despreocupada de la pelirroja—. No estás en la lista —respondió con simpleza—. Y no me malinterpretes, el sexo fue excelente, pero poner tu nombre en la lista y en la posición que mereces te hubiera puesto en la mira del resto y, sinceramente, no quería competencia.
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S.H.I.E.L.D. University
FanfictionEn medio de unas vacaciones familiares de verano en Rusia, Clint Barton conoce a una pelirroja que lo salva de ser robado en medio de un bar de turistas en el centro de la ciudad de Moscú. Después de verse involucrado en los problemas de la rusa y h...