Capítulo 10

912 86 1
                                    

Narra T/n:
Abrí los ojos tranquilamente. Recordé lo ocurrido el día anterior y me levanté lo más rápido que pude.

Tú: ¿Chicos? ¿Dónde estoy? ¿Es un sueño? -Nau me volvió a tumbar. Eran un mar de lágrimas.-
Nau: No hagas esfuerzos. Estás débil.
Tú: No lloren. Me ponen tristes.
Adexe: ¿Necesitas algo? Todos vienen para acá.
Tú: Necesito que dejen de llorar, y si no os importa, algo de comer y beber.
Adexe: Ahora mismo voy. -se marchó a la cocina a por algo de comer para mí .-
Nau: Creí que te había perdido. - me dijo llorando más. -
Tú: Te pedí que dejaras de llorar, no que lloraras más. - dije intentando sonreír. Me levanté y lo abracé. - Ya está. Estoy aquí contigo. Mírame, estoy bien.
Nau: Pero podrías no estarlo. Y todo por mi culpa. Nunca debí dejarte sola. Mirate, estás toda magullada. ¿Que hubiese pasado si no hubiera llegado a tiempo? Podrían haberte matado.
Tú: No. Jamás lo hubieran echo. Sólo querían hacerme daño. Tenían que entregarme a ese estúpido de Allen. -dije con odio.-
Nau: Te lo dije. No debíamos fiarnos de él.
Tú: Y yo debí hacerte caso. Todo esto también es mi culpa, pero ya estoy bien. Olvidemoslo. -sonó el timbre.- Abre tú, por favor. Casi no puedo moverme.
Nau: ¿¡Cómo puedes decir qué estás bien si no puedes moverte?! -fue a abrir. Mis padres me vieron y corrieron a abrazarme, al igual que mi hermana. Los Gutiérrez se quedaron mirando desde una distancia prudente.-
Mamá: Estás bien. -dijo llorando.- 
Papá: Lo siento mucho. Debería haberte cuidado más. Pero ya no va a volver a pasar. Te vas a venir a vivir conmigo y con tu hermana y tendrás a dos guardias vigilandote.
Tú: ¡Estás loco! ¡Me niego a dejarlos solos! ¡Vine aquí por ellos! ¡Y no pienso marcharme! ¡Debemos mantenernos unidos! ¡Las locas esas pueden atacarlos en cualquier momento!
Adexe: ¿Las? -preguntó alarmado-
Tú: Sí. Son..... Jessica, Marina y Aisha. Todas me odian. Marina y Aisha se unieron a ella solo para hacerme sufrir.
Papá: Con más razón. Te vienes con nosotros.
Tú: Ni de broma. No pienso moverme. -me crucé de brazos.-
Nau: Con todos los respetos, señor, creo que le conviene quedarse aquí. Yo la cuidaré y la verdad es que la necesito como el aire para respirar.
Papá: Está bien. Hija, tu hermana y yo nos tenemos que ir casi ya, tengo trabajo.
Mamá: Y yo también he de irme.
Nare: Nosotros nos quedaremos con ella. La cuidaremos como si fuera nuestra propia hija.
Papá: Está bien. Iré a por sus cosas. Enseguida vuelvo. Lore, despídete de tu hermana. Nos iremos enseguida.
Lore: Vale, papi. -todos se marcharon de la habitación. Solo quedábamos mi hermanita y yo. Los chicos subieron a su cuarto a cambiarse, y los adultos fueron a charlar a la cocina mientras mi padre iba a por mis cosas.-
Tú: Hola, Lore. -ella solo me abrazó y comenzó a llorar en mi hombro.- No llores pequeña. No pasa nada.
Lore: No te vayas. -dijo entre sollozos.- Pensé que te perdía.
Tú: No te preocupes, peque. Tu hermana es más fuerte que un roble. Nada ni nadie puede conmigo. -sonrió.- Así mejor.
Lore: ¡Gracias! -me abrazó más fuerte-
Tú: Ya basta me vas a dejar sin respiración.
Lore: Ups.
Papá: Lore, nos vamos.
Lore: ¡Adiós!
Papá: ¡Adiós, hija!

    Mi padre y mi hermana salieron de la habitación y se marcharon. Luego entró mi madre y se despidió de mí. Volvería al terminar las vacaciones de verano. Una vez sola, me incorporé trabajosamente y tomé el vaso de agua que Adexe me trajo, me lo bebí entero y lo coloqué donde estaba. Entonces, noté como el sofá se hundía a mi lado. Luego unos fuertes brazos me rodearon. Disfruté del abrazo de Adexe. Entonces, noté unas pequeñas gotas caer en mi hombro. Adexe se separó de mí, me miró a los ojos, limpié sus ojazos marrones con mi dedo índice. Colocó su mano en mi mejilla, la acarició suavemente, acercó su rostro al mío y pasó. El momento que tanto esperaba. Por fin me besó, el beso que tanto había esperado, y esta vez no era un error, ni tampoco un sueño, era de verdad. Después de aquello las palabras sobraban.

Adexe: Fui un tonto, debí permanecer contigo, debí cuidarte, yo te...... -lo volví a besar para callarlo. Una vez nos separamos e intentó volver a hablar, puse mi dedo índice en su boca para que se callara.-
Tú: Lo sé. Olvidémoslo. Todo pasó.
Adexe: Está bien. Ahora sí, después de tanto tiempo, tantos problemas, todo el dolor y las lágrimas, llegó la hora de enmendar mi error, ¿quieres ser mi novia?
Tú: ¿Es necesario que conteste? -asintió.- Bien. -lo besé.- ¿Suficiente?
Adexe: Por supuesto. Ahora espera, que voy a curarte.

¿Te conozco? (2°parte "Tú no eres mala. Adexe y T/n")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora