Vas subido por la carretera, el viento te va dando en la cara, ves como avanzas y disfrutas, pero el motor no para de hacer ruidos, los pistones se quejan y el carburante no llega bien porque hay muchas cosas que fallan. Te das cuenta perfectamente. Puedes seguir y hacer como si nada pasara o empezar a pensar en reparaciones. En cambios. En mejoras.
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Descubriendo a Dios
SpiritüelEl sorprendente camino por el que el Señor me ha ido llevando para poder gritarme al oído ¡Aquí estoy! ¡Existo! ¡Te amo y te estoy esperando!