Capítulo VII

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Todo el palacio había terminado labores,el silencio reinaba en cada espacio del gran y majestuoso castillo,la clara luz de luna se hacia presente en cada espacio del palacio.

Pequeños pasos merodeaban,caminaban con cautela bagando por el lugar sumergido en grandes pensamientos,pensamientos tormentosos y molestos,simplemente agobiantes para un joven rey.

“Lamento decirle Majestad,pero no creo que al pueblo le agrade tener una hechicera como reina"– Resonaba en su mente una y otra vez,pero...Tal vez ese tipo tenía razón, ella corría peligro, no solo por el reino,si no también por ellos,muchos nobles querían terminar con ella,deseaban acabar con la bruja .

“El pueblo se puede levantar en su contra y pedirle la cabeza de esa mujer"– Negó con la cabeza respondiendo a su agobiante pensar.

“Y finalmente terminara pagando por su crimines en la hoguera,como la bruja que es".

–“No permitiré que algo le suceda"– Pensó mientras continuaba caminando.

“Puedo protegerla"– Exclamó.

Prosiguió caminando por los grandes pasillos,hasta que finalmente se detuvo frente a una gran puerta color blanca con adornos de hermosas flores azules,una sonrisa que dibujo en su semblante,estiró la mano y movió lentamente la cerradura,entro silenciosamente cerrando la puerta tras si del mismo modo cauteloso.

Observo una hermosa figura femenina posar en la cama,los rayos de luna marcaban su sensual figura y cada rincón de esta.

–Así que duermes sin guantes Elsa– Dijo acercándose con sutileza.

–Eso me gusta– Sus labios se volvieron una sonrisa lujuriosa.

–Se sentó en la suave cama,intentando no despertarla,eso arruinaría por completo el bello paisaje que observaba.

–Eres demasiado bella mi reina,tanto que no mereces sufrir– Acarició una de las rozabas mejillas de la fémina.

–Tan bella y tan deseable como lo prohibido– Lamió la comisura de sus labios como respuesta a su imaginación llena de promiscuidad.

Se acostó con mucho cuidado,acomodándose al lado rubia,quedando frente a ella.

Sin esperar poso su mano sobre su pequeña cintura moviéndola de arriba a abajo lentamente,sintiendo un pequeño calor inundar su cuerpo.

–Te deseo mi reina– Bajo su mano acariciando sus piernas sobre la tela de la fina sabana que la a cobijaba.

“Te verías mucho mas hermosa sin ropa"– Mordió su labio inferior respondiendo a su pensamiento.

Tomo el rostro de la joven acercándola hacia el,sus labios se unieron formando un beso corto pero bello y deseable,pronto sintió las finas y delicadas manos de la albina sobre su pecho intentando apartarse de el.

–¡¿Qué haces Hans?!– Pronunció liberándose.

–No quería estar solo– Dijo coquetamente.

–Sabes que estas enfermo,no debes salir de tu habitación, debes guardar reposo,estas delicado,tienes que hacer lo que dijo el doctor– Explicó.

–Estaré bien si estoy contigo Preciosa– Paso su dedo índice sobre sus rojos labios observándolos detenidamente.

–¿A qué te refieres?,¿Qué quieres hacerme?– Sus orbes azules los observaban fijamente.

–No tengo que explicarte algo que ya sabes,no eres tonta lindura–Se aproximó a ella intentando besarla pero ella se alejo.

–Pero estas enfermo, debes guardar reposo Hans– En el apuesto rostro de su acompañante se dibujo una sonrisa lujuriosa.

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