Capítulo XVII

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E L S A

Ya pasaron varios días desde lo que aconteció en el palacio.

Creo que después de eso fue que empezó al verdadero pánico dentro de este.

Aunque por alguna razón no era hacía mi,cada persona se encerraba en su habitación,no salían mucho,la servidumbre vigilaba demasiado cada lugar,así mismo las inspecciones de los guardias,de hecho habían dos guardias custodiando cada habitación,incluyendo la mía. No tenia ni la más mínima idea de lo que pasaba,solo sabia que era peligroso,pues hasta los hombres que vigilaban se mostraban temerosos,parecía que no se iban a enfrentar a un enemigo cualquiera.

¿Qué podía ser? Quien sabe.

Gerda ha hablado conmigo y según dice que no encontraron nada fuera de lo común,dicen que fue un accidente lo que le paso a esa mujer y que tal vez fue algo diferente a morir congelada.

Pero eso no me parece.

“Desde mañana habrán custodios en esta puerta"

“¿Por qué? ¿Piensas que voy a escapar?"

“No serias tan valiente para hacerlo,mi reina,es solo que quiero que estés a salvo"

Hans se notaba un tanto extraño el día que me dijo eso,lo mire preocupado y al mismo tiempo confundido,aunque me parecía raro que alguien como él estuviera actuando de ese modo.

“¿Qué dices? Fue solo un accidente,no es nada extraño"

“Yo,se que no fue así"

Y

se que no lo fue por que por alguna extraña razón puedo sentirlo.

De hecho desde lo ocurrido,he tenido sueños un tanto extraños,estos me perecen Pesadillas,pero hay algo en ellos que no me parecen un sueño sino un recuerdo muy vago.

— ¿Reina Elsa? — Pregunto Gerda tras la puerta.

— ¿Si?.

— El rey quiere verla — Me levante de la cama y camine hacía la puerta,¿ahora qué? Hans era impredecible,sabia que me llamaba por que le convenía en algo,estoy segura.

Coloque mi mano sobre la manija y de un momento abrí la puerta.

— ¿Quiere qué la acompañe,majestad?.

— Gracias pero puedo ir sola — Dije,para después dar un paso tras otro.

Mientras me dirigía al despacho Observe los pasillos,estos desiertos,la soledad sin duda reinaba en el castillo de Arendelle,mis pasos dejaban un eco molesto,ni siquiera el ruido del viento estaba aquí.

Me daba un sentir de que la situación era mucho más peligrosa de lo que creía.

Mis ojos aun seguían observando cada parte del palacio,pero nunca logre ver a nadie.

Cuando llegue frente la puerta del despacho,dude mucho en llamar a esta,no me agradaba ver a Hans,pero tendrían problemas si no entraba.

Empuñe mi mano derecha y deje uno,dos toques en el gran trozo de madera que nos separaba.

— Adelante — Escuche la señal,tome la manija de la puerta y abrí.

Mis ojos se toparon con los del hombre frente a mi,una sonrisa complacida se dibujo en su rostro.

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