Capítulo 5: «El nombre de Alicia»

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Capítulo 5: El nombre de Alicia

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     𝕹o se sabe cuánto tiempo estuvieron caminando. Tal vez pasaron horas, quizá semanas, puede que meses o incluso años. El tiempo parecía no transcurrir en aquel extraño lugar.

Los niños estaban cansados de tanto caminar sin ningún rumbo fijo, buscando no se sabe qué. Tal vez solo estuvieran buscando a alguien a quien preguntar qué lugar era ese, cómo se salía de allí y qué debían hacer. Tomando ellos mismos la iniciativa y sin normas que seguir, los hermanos llegaron casi a echar de menos las estrictas normas del orfanato que dictaban sus profesores.

Casi.

Al menos, en el orfanato sabían lo que debían hacer. Pero si recordaban lo mal que lo habían pasado en aquel horrible antro, era mejor no pensar más en ello y continuar caminando en busca de alguna señal. Por nada del mundo iban a volver a aquel sitio que habían llamado «hogar» sin serlo realmente en los pocos años de su amarga existencia.

El pasillo continuaba extendiéndose, pues su tamaño y anchura aumentaban cada vez más. Parecía que llevaban recorriéndolo varios kilómetros. ¿Cuánto medía aquel estúpido túnel?

Y por si fuera poco se alejaban de la luz. Esa luz brillante que iluminaba varios metros de ese extraño corredor se volvía cada vez más tenue, hasta que al fin desapareció por completo y los niños se encontraron a oscuras de nuevo.

La hermana pequeña comenzó a sollozar y a temblar. Tenía la certeza de que nunca iban a salir de allí. Ese lugar que al principio había despertado su interés, ahora lo único que le provocaba eran escalofríos.

—Tranquila... Saldremos de aquí. No sé cómo lo haremos, pero saldremos de aquí. Confía en mi —le susurró al oído su hermano mayor, intentando con grandes esfuerzos que no le temblara la voz—. Creo que estamos muy cansados. Tal vez lo mejor sea descansar un rato.

La niña asintió. Tal vez si dormían un poco, luego podrían pensar con claridad. Abrazó a su hermano y agradeció estar con él. A veces no sabía qué haría sin su hermano mayor. Y entonces la pequeña vio una débil luz al fondo del pasillo.

—¡Mira eso! —chilló de pronto, sobresaltando a su hermano mayor. Los dos se giraron a ver la luz, y sonrieron.

—¡Esa debe ser la salida!

Los dos hermanos cogidos de la mano corrieron hacía la luz. Poco a poco recobraron de nuevo la visión y vieron que el pasillo continuaba hacia esa luminosidad... Ese larguísimo pasillo, con marcos de cuadros en las paredes y en el techo, pero sin fotografías. ¡Debía haber millones de cuadros!

Wonderland: el Origen de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora