Eres un idiota.

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Stiles negó divertido dando pequeñas risas sarcásticas. Lydia estaba negando con la cabeza, el suave click de sus tacones al alejarse de la escena de por sí tan absurda solo conseguía que se volviera más dramática.

Boyd suspiro cansado y miro a Jackson que estaba intentando no reírse por sobre todas las cosas mientras Danny nega dándole un par de palmadas en la espalda a su mejor amigo. Isaac parecía totalmente asustado, mientras se acercaba ha Stiles que le recibió con los brazos abiertos. Derek gruñó un poco para irse con Erica evitando preguntas tontas.
Erica solo se quedó ahí, mirando a Scott que parecía nervioso alrededor de Allison.

—¿Aún le gusta?—la pregunta tomó por sorpresa ha todos que observaron el absurdo intercambio de palabras.

—No, Allison huele a Acónito. Eso lo está molestando—declaró Stiles buscando a su segundo mejor hombre (Lydia lo mataría si lo escuchara decir aquello)—lo ha abordado.

Boyd suspiro cansado y camino hacia el pobre chico que parecía a punto de morderse el brazo para huir de las garras imaginarias de Allison. El chico moreno simplemente sonrió fácilmente llevándose a Scott al sujetarlo de la muñeca que la mano de Allison tomaba tan firmemente.

—Lo siento, debemos irnos—expresó sin ser grosero.

Scott sonrió a tontado y agradecido por tener al chico salvando lo.

—¿Tú igual te has vuelto uno de los perros de Stilinski?—la voz siseante y venenosa consiguió a todos los presentes mirando.

Erica sacó su celular para grabar, algo le decía que necesitaba pruebas de todo lo que Allison dijera, tal vez Lydia aceptaría matar a la chica al ver como trataba a Boyd que era todo un reto para la chica pelirroja. Ya que era inteligente pero callado, y las peleas que solían mantener se mantenían al nivel de Stiles.

—Repite eso—la voz del chico consiguió a Scott mostrando sus ojos color dorado—no tienes derecho a venirnos a faltar el respeto en nuestro territorio.

—No le hables así a nuestro alfa—salto Jackson con enojo.

Todos mostraron los dientes gruñendo por lo bajo. Hasta Isaac se mostró notablemente molesto. Stiles se sorprendió ante el reflejo de mostrar los dientes y gruñir, al parecer el tiempo con Derek le había empezado a pegar algunas costumbres a su manada. Allison no retrocedió, sólo bufo como si no fuera nada importante.

—Tu alfa es una perra—comentó mirando con ojos fríos hacia Scott—y ustedes son sólo las perras de la perra del antiguo alfa.

—Oh maldita sea, sostén mi teléfono—dijo Erica hacia Derek para poder tomar a la castaña del cabello—voy a partir le la cara y lo grabarás.

Derek frunció el ceño profundamente, ganándose una mirada divertida de Danny. Pero eso no impidió que grabará como Erica salía corriendo hacia la chica.
Stiles estuvo a punto de decirle que se relajara un poco al respecto, pero la mano de la rubia terminó marcando la cara perfecta de la chica castaña.

—Erica, disculpate—exclamó Stiles serio mirando con ojos rojos la acción.

—¡Pero alfa!—grito enojada.

Scott solo se deslizó a lado de la chica rubia para tomarla de la mano. No quería que su mejor amigo y alfa regañara ha Erica por alguien que no valía la pena. Hace días le había pedido traicionar al chico que consideraba como su hermano, no podría hacer eso. No cuando pasaban tiempo juntos, Isaac había pasado de vivir con su padre ha vivir en casa de Stiles. Mientras Erica visitaba frecuentemente con Boyd. Jackson era más tolerable, Danny era genial al igual que Lydia que podía soportar a Stiles cuando hablaba y usaba sarcasmo en contra de cualquiera.
No quería arruinar a la familia que estaban consiguiendo, menos con Derek enseñándoles todo lo que un buen hombre lobo debía saber con la inteligencia de Stiles marcando el paso.

—No vale la pena, Erica—aseguró fácilmente alejándose de Allison—ella no entiende que no es pertenecer a una familia de locos asesinos que no piensan más que en ellos mismos.

La chica castaña se quedó quieta, tan quieta que cualquiera de los lobos pudiera haberse asustados si le importara. Pero no lo hacía. Allison estaba teniendo un corazón roto, al parecer nunca espero que Scott le diera la espalda, pensó que siempre tendría su atención.

—Vete, cazadora—Stiles mostró las garras de forma amenazadora—este es mi territo, el territorio de los Hale ahora es mío y no eres bienvenida aquí.

—Beacon Hills es territorio de nadie—no retrocedió de inmediato.

—Te equivocas—los ojos rojos parecían brasas ardientes reluciendo con todo su fulgor—Beacon Hills es territorio de los Hale. De mi pareja, del que era mi alfa y tu mataste—los garras fueron expuestas como una manicura costosa—y podría pedir tu cabeza solo por eso. Así que vete, corre hacia las colinas con tu pequeño grupo de perras locas.

—Los únicos animales aquí son ustedes.

—Animales querida, pero por lo menos somos más humanos que ustedes—se abrió paso haciendo retroceder a todos sus betas.

Scott agachó la cabeza y Erica ladeo la cabeza sumisa. Todos retrocedieron asustados ante el desbordante aura de autoridad alfa que Stiles estaba demostrando. Derek parpadeo asustado pensando que sus compañeros de manada recibirían un feroz castigo del chico de lunares.
Pero este solo pasó a un lado de los dos betas dándole suaves palmaditss en la espalda y en la cabeza ha los dos chicos para relajarlos aunque sea un poco.

—Vuelve por aquí otra vez—se agachó para mirar los ojos con crueldad fría—y me asegurare de dar un menaje sobre lo que pasa cuando invaden nuestro territorio.

Tomo a la chica de las mejillas y apretó rozando con sus garras la suave mejilla. La sonrisa torcida ocasionado que el silencio fuera aterrados hasta que dejó ir a Allison que salió corriendo de lo que era antes el patio trasero de la antigua casa Hale.

—Es hora de entrenar—sonrió suavemente llamando a sus betas—tranquilos chicos, prometo que nadie los lastimara. Por el momento pensemos en la luna de gusano.

Todos siguieron a su alfa en silencio. Stiles nunca les daría un castigo como lección para la manada, pero si eliminaría a cualquiera que fuera una amenaza para su manada. Derek sonrió de lado, y le devolvió su teléfono a Erica cuando está se acercó un poco apenada por pensar que su alfa los lastimaria.

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