CAPÍTULO 1

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El inicio.

Corría lo máximo que mis piernas me lo permitían, estábamos exhaustas pero si parábamos seríamos comida de penitente...
Llegamos hasta donde se suponía estaría aquella puerta que nos sacaría de este horrible infierno, pero entonces...

Hanna: ¡MIERDA, JODER! LA PUERTA NO ESTÁ. EL MURO SE HA CERRADO...

TN: Hanna, cálmate si. Hay que dar la vuelta... quizás encontremos...

Mis palabras fueron calladas por el gran y estruendoso rugido que aquel penitente había lanzado. Estaba a unos metros de nosotras, y estábamos en un callejón sin salida. No había nada que hacer.

Hanna: TN... -dijo sollozando- fue un placer haber sido tu amiga...

Ambas cerramos los ojos fuertemente sujetándonos de la mano en forma de apoyo.

TN: te quiero amiga... -dije entrecortada- te veré del otro lado...

Fue entonces cuando se escuchó el sonido de un helicóptero, el cual disparó sin piedad sobre el penitente que estaba frente a nosotras. El helicóptero empezó a descender y de el bajaron tres hombres vestidos de negro armados hasta las patas.

Hombre: ¡vengan con nosotros! ¡Vamos suban, suban!

Ante el shock en el que estábamos, no nos movimos ni un solo milímetro, provocando irritación en estas personas quienes finalmente nos agarraron con algo de brusquedad y nos metieron en el helicóptero. Ambas veíamos desde arriba ese lugar que alguna vez fue nuestro hogar y nuestra pesadilla a la vez, ese en el que conocimos a grandes personas y en el que también las perdimos. Deje caer un par de lágrimas en nombre de todos mis compañeros y compañeras quienes no lograron llegar hasta aquí con nosotras y ante esta maravillosa victoria juro que jamás los olvidaré mientras siga con vida.
No sabía cuanto había pasado. Nadie decía nada y por los nervios no podía soltar la mano de mi amiga quien se encontraba en las mismas condiciones que yo. Tiempo después el helicóptero aterrizó frente a una imponente edificación, que parecía algo así como un refugio.

Hombre: ¡salgan! ¡Vamos, muévanse! -él y dos hombres más nos bajaron haciéndonos correr hasta la entrada de aquel lugar, a la par que se escuchaban disparos-

Entramos a duras penas y algo exaltadas. Cuando las puertas se cerraron haciéndome sobresaltar.

Janson: hola, y bienvenidas a nuestra maravillosa base. Mi nombre es Janson. Lamento haberlas asustado, se ven algo shockeadas. Vengan por aquí, les explicaré todo después de que se cambien y coman algo.

El hombre que estaba frente a nosotras nos llevó hasta una habitación con varios camarotes, nos pasó algo de ropa limpia y nos explicó como llegar hasta las duchas y el comedor. A penas se fue, Hanna y yo nos abrazamos y empezamos a llorar. Estábamos felices, asustadas, melancólicas, tristes, shockeadas... y necesitábamos desahogarnos.

Hanna: estaba tan asustada -soltando todas las lágrimas que contuvo durante todo este tiempo- ya no podía más.

TN: tranquila -le digo con un tono consolador mientras sobaba su espalda esperando calmarla- ya estamos a salvo.

Luego de calmarnos un poco, fuimos a las duchas y nos dimos un buen baño relajante y energizador, nos vestimos y fuimos hasta el comedor a que nos dieran de comer.

Janson: hola otra vez, y lamento molestarlas pero antes de que coman necesitamos hacerles unas muestras de sangre y les suministraremos las vitaminas que no han estado recibiendo durante su estancia en el laberinto.

Hanna: si, claro. Está bien.

¡¿Bien?! ¡Esta chica estaba loca! ¡Es que no le queda claro la fobia que le tengo a las agujas!

MAZE RUNNER: prueba de fuego (NEWT Y TÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora