- ¿Quién eres? ¿Qué pasó aquí? - le preguntó el mayor; cuando abrió los ojos, la pelinegra notó que había bajado el arma, pero seguía imponente sobre ella.
- Beelz.. -murmuró-.. vivía con el señor Fell y su esposo. - odiaba lucir frágil, pero aquel desconocido la tenía en un estado muy vulnerable. No pudo evitar sentir asco cuando le repasó el cuerpo con la mirada aunque no fuera el primero.
- ¿Tú... hiciste esto? - la pregunta del millón de dólares. ¿Lo hizo? La sangre en su camisa lo hacía evidente. ¿Era consciente cuando pasó? No. ¿Quiso hacerlo? ¡Claro! Que mejor que acabar con tu único rayo de esperanza por culpa de tus traumas.
- Lo hiciste- Aquella frase le sacó de sus pensamientos. El hombre era fuerte, demasiado como llevarla en contra de su voluntad hacia quien sabe dónde e inmutarse por los golpes, arañazos e improperios que le propinaba.
Le dejó en la entrada de la casa - Espérame aquí- le tendió su saco antes de irse -Póntelo, hace frío afuera.
Mentiría si digo que ella no estaba asustada, pero de todos los hombres que se habían acercado a ella, sólo dos lucian decentes. Ahora uno de ellos estaba muerto por su culpa.
Tras unos minutos, el hombre volvió con un extraño aspecto agitado. - Te ves adorable con el saco- comentó con una sonrisa, pues le quedaba enorme. Le siguió hasta fuera de la casa, hacía su auto. -¿Qué pasa? ¿Por qué no subes? -le escuchó tras verla detenerse en seco.
- No sé quién eres, ¿cómo puedo confiar en ti?
- Me llamó Gabriel, soy sobrino de Azira, y no dejaré que sigas aquí, así que sube. - le invitó abriendo la puerta del copiloto desde su lugar como piloto del auto. Obedeció a su nueva oportunidad de estabilidad.
Así ella se fue con el de ojos violetas, igual si fuera peligroso no tenía nada que perder. Menos mal no notó cuando Gabriel lanzó al asiento trasero un cuchillo ensangrentado que había usado con el cadáver de Crowley.
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Historias Inefables
RandomPequeñas historias sobre los personajes del universo Good Omens