Aún recuerdo esa noche, el cielo oscuro iluminado por las estrellas, el frío que calaba la piel y el terrible dolor que provenía de mi interior.
Pero más que nada, recuerdo el canto de tus llantos, lo diminuto y frágil de tu cuerpo, así como el calor que emanabas. Aún siento las lágrimas surcar mis mejillas y las de tu padre, el cansancio y el alivio de finalmente poder abrazarte.
Agradezco los regalos, costosos y humildes; las alabanzas y los cantos. Agradezco a los arcángeles -sobre todo a Gabriel- de cuidar al pequeño mientras José y yo descansamos; entre sueños recuerdo haber visto a Michael acariciar sus mejillas, a Uriel y Sandalphon hablarle con voces agudas mientras Gabriel le cargaba. Agradezco al pequeño pastorcito de rubios cabellos por la comida ofrecida al amanecer y al pelirrojo de miraba amarilla, que con sus travesuras, nos hizo pasar desapercibidos entre la multitud a la hora de partir.
Incluso hoy, después de 2019 años, en medio de una clásica cena mortal, les agradezco la oportunidad de verlos de nuevo. Al anticristo y los mortales, a las brujas y cazadores, a los ángeles y demonios. Al plan inefable.
Feliz navidad.
Tengan bonitas fiestas :3
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Historias Inefables
RandomPequeñas historias sobre los personajes del universo Good Omens