Llevaba mucho tiempo escondida pero se negaba a salir. Beelcebu sabía que había alguien ahí afuera y, dados los actos que ha cometido, no cree que sea bueno con ella.
Había asesinado a quien llegó a reconocer como sus padres: el señor Fell, su terapeuta; un hombre regordete, rubio y bonachón que le acogió junto a su esposo en su hogar tras escapar de su casa. Ahí pudo sentir la cálidez del amor familiar por mucho tiempo, hasta el incidente de hace unas horas.
Al menos ya sabe que sufre de terrores nocturnos violentos que la hacían muy agresiva debido a sus traumas pasados.
Aún recuerda su expresión y la suya propia, llenas de sorpresa y terror. El peso del cuchillo y el olor de la sangre fresca. Aún les saltan las lágrimas cada que recuerda la última mirada que le dedicó, "no fue tu culpa". Tuvo que hacer lo mismo con el señor Crowley -esposo de Fell- que se hallaba dormido cuando todo sucedió. Al menos ambos ahora podrían reencontrarse en el cielo, como los ángeles que siempre fueron para ella.
Ahora se hallaba escondida bajo la cama de su habitación, tras descubrir que había alguien más en la casa. Una silueta en la planta baja le alertó, y el sonido de las pisadas por la escaleras le estremeció, pero de eso ya hace un rato.
Sin previo aviso fue arrastrada hacia afuera, ¿cuándo bajó la guardia? Sus ojos se encontraron con los violáceos de un hombre bien vestido que sostenía un enorme cuchillo.
Su corazón latía acelerado, más no peleó, después de todo se lo merecía. Pero aún no era su momento.
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Historias Inefables
AcakPequeñas historias sobre los personajes del universo Good Omens