Historias Inefables

Good Morning, Dear

El sonido de la alarma, tan estridente y fastidiosa, hizo su trabajo de despertarle. Ya era julio, y como le había dicho a su ángel, esperaba que ya estuvieran menos peor las cosas para poder visitarle.

Mientras se desesperezaba, un fuerte comenzó a hacerse notar en su nariz. Un aroma dulce, tan dulce que comenzaba a volverse empalagoso.

Fastidiado por el fuerte aroma, salió de la habitación, topandose con una cantidad insana de postres que se aglomeraban en cada habitación de su departamento, a excepción de su habitación y su pasillo de plantas. Desde roles de canela hasta pasteles de 3 pisos, de todos los sabores, colores y olores.

Esto sólo era obra de una persona: Aziraphale. Sin pensarlo, tomó su teléfono y tecleó el número de la librería.

—¡Oh Crowley! —exclamó alegre, desde el otro lado del teléfono. — ¿Qué tal dormiste, querido?

—¿Qué hacen todos estos pasteles aquí? ¿No que respetabas el encierro?

—Lo hago, sólo que ya no tenía espacio suficiente en mi librería para los postres así que envié algunos. Tómalos como un regalo. —se justificó el rubio.

—¿Y... que tal el mundo?—El pelirrojo torció la boca, aún con el empalagoso aroma molestando su nariz.— ¿Ya terminó el encierro?

—Oh no, en lo absoluto, —negó el celestial— incluso creo que se extenderá, he oído que ha rebrotado la peste.

—Ngk— balbuceó molesto, dando vueltas en su cama.—Si es así, entonces creo que dormiré otra vez...

—Pero acabas de despertar.

—Pude dormir dos siglos seguidos, ángel, que no te sorprenda.

—Oh, entiendo— titubeó el rubio— entonces que descanses querido

—Nos vemos ángel— se despidió bostezando.

—Antes de que cuelgues —intervino— me aseguraré de que sea una buena siesta.— Aziraphale colgó antes de que Crowley pudiese preguntar a qué se refería, aunque no tardó en saberlo.

Pues entre sueños podía sentir un suave presión aparecer en sus mejillas o frente de vez en cuando, sintiendo la presencia de su ángel en cada una de ellas.

Sin duda era una buena siesta.

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Denle los buenos días al Crowley de mi parte jaja