OɴePιece ° OɴeSнoтѕ~ 𝐄𝐧 𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨

13. Roommate [Luffy x Lector +18

Luffy x Lector (+18)

Pedido por: Dancecrosstagbattle

Son las cuatro de la mañana y siento un ruido que viene de la cocina. Alguien se ha metido al departamento y tengo serias dudas de que hacer. ¿Debería llamar a la policía? Pero, ¿y si es una rata o algo así? Llevo solo un par de semanas viviendo aquí, así que no sé si es algo que sucede usualmente.

Un tonto impulso me hace tomar el libro pesado de mi escritorio antes de ir a dar un vistazo. Mis manos me sudan, siento el resonar de mis latidos justo en mis oídos. Cuando me voy acercando al mesón de la cocina veo quién está haciendo estragos en refrigerador.

—¡Luffy! —exclamo, muy sorprendido —. ¿!Qué demonios haces allí a esta hora!?

—¿Eh? —responde con la mirada perdida mientras le da un mordisco a una pata de pollo asado. «Pff, ahí va a mi merienda para mañana», pienso.—. Es que tenía ham...

—¡No te quedes dormido mientras comes! — grito ante la frase sin terminar. Ya me había comentado su hermano mayor que tuviera paciencia, pero no pensé que se refería a este tipo de cosas.

Aquel chico que me despertó a la mitad de la noche por un bocadillo y ahora duerme apoyado en el refrigerador mientras tiene una presa de pollo en su boca y se le asoma una burbuja por la nariz, es Luffy. Un chico enérgico y atlético; de mediana estatura; cabellos rebeldes de negro azabache, unos ojos redondos y atentos y un sonrisa gigante y brillante que adorna su cara además de una peculiar cicatriz. Es muy bueno haciendo amigos, cuida a su familia con la vida y ah, es un desastre como estudiante.

Si me lo preguntan, es chico más lindo que he visto. De solo pensar en eso me sonrojo, que tonto me siento.

¿Cómo llegue a conocerlo y vivir con él? Fue hace unos meses cuando trabajamos turno doble en el restaurante Baratie.

—¡Especial del día para la mesa 2! —grité desde el mesón. El pedido sería recibido por escrito, pero se nos había pedido que lo gritamos también.
En tanto esperaba a que prepararán el plato, vi a mi compañero de turno en la cocina hablando con el sous chef Sanji, un joven rubio con peinado partido que dejaba ver un solo ojo que vestía un traje azul. Personalmente lo admiro por ese estilo y porque cocina como los dioses.

Lo vi intentar entrar a la gran sala refrigerada, le pidieron ir a buscar unos productos para la noche.
Era un poco ansioso por comer alguna cosa aunque podría jurar haberlo visto hace unos minutos devorando un sándwich que devolvieron intacto a la cocina.
Sanji estaba empezando a enojarse y lo estaba echando de la cocina. Me reí mucho con la escena, llevaba poco tiempo trabajando allí, pero era algo de todos los días y me daba mucha risa.

Luego de que recibí el plato listo, lo llevé a la mesa me dirijo al camarín para colgar el mandil, fue entonces cuando recibí una llamada. Era mi casero, por alguna agonista razón el dueño había decidido vender la propiedad y me había dado un par de días para buscar otro lugar.

Maldije a mis adentros, todo era tan injusto, porque no me avisó antes.
En tanto colocaba mi celular en el bolsillo y sacaba mi mochila y casco para irme a casa en bicicleta, posé mi frente en el casillero al cerrarlo causando un golpe fuerte que hizo eco.

—Shishishishi ¡eres raro!— dijo una voz muy cerca de mí.
Supe de inmediato de quién se trataba por esa risita y me detuve mirando hacia un lado sin apartar mi cabeza del frío metal.