El dolor de un recuerdo

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En medio del bosque, camina un niño solitario. Anda sin temores con sus manitas bailando entre los destellos de luz; juegos y carcajadas de euforia: completa felicidad envuelta en matices vivos...

O al menos, hasta que el son del caos anuncia su llegada....

Algo en el paisaje cambia. Desde lejos un sonido extraño comienza a perturbar; un revoloteo se escucha: en el horizonte algo nebuloso se acerca volando y arrastra las tinieblas con un manto.

Sombras aparecen junto con el retumbar de una risa estrepitosamente diabólica. La criatura se acerca más, agita sus alas al mismo tiempo que la oscuridad cae de ella; está acabando con la luz.

¡Vuelve al camino, busca una salida!, le grita su miedo. Su indefenso cuerpo reacciona en cuanto una sombra oscura posa sus pavorosos ojos morados en él. Le sonríe diabólico y levanta el brazo para dar la orden a su demonio; quiere que lo atrape.

¡ALEJATE!, ¡DÉJAME EN PAZ!, le grita con pavor mientras huye de lo que al fin logra ver: una mariposa negra. Va tras él. El temor lo obliga a huir, y en ese instante, escucha a la sombra detrás gritar despiadado: ¡LO QUIERO, QUIERO SU LUZ!

Sin entender a que se refiere, sigue corriendo, avanza intentando ganar. Está asustado, los árboles ahora son monstruos, tienen enormes garras que lo arañan y entorpecen su paso.

Sus ojitos verdes es lo único que deslumbran en la oscuridad que lo rodea, desesperado busca un escape y lo ve, ¡al fin lo ve!; la brillante luz que lo ha acompañado durante sus cinco años de vida.

¿Mami?, nombra confundido. Hasta que finalmente logra reconocer la tez que desde lejos le corresponde con cariño al verlo; la tranquilidad lo embarga al tener el encuentro con sus tiernos prados.

Ella aguarda al otro lado, lo espera sonriente con los brazos extendidos como si no fuera consciente del mal que lo persigue. Confundido mira hacia atrás y se sorprende al ver que todo el terror ha desaparecido.

Sin esperar más, corre hacia ella para que lo estreche entre sus brazos, ante esto su mami se agacha gustosa en espera de poder recibirlo.

Casi llega, esta a unos cuantos centímetros de su calor, pero algo lo desequilibra: el suelo debajo de sus pies tiembla, cae y la tierra empieza a crujir, se parte en pedazos, y de esta, una enorme mariposa negra sale despavorida.

¡MAMI! ¡MAMI!, berrea pidiendo auxilio. Ella continúa inmóvil a pesar de la amenaza que está al acecho sobre su cabeza. ¡CORRE, POR FAVOR!, su voz rompe en desesperación, sus manitas se entierran en el césped sin posibilidad de moverse ante el caos de su alrededor.

Tras de él unos pasos retumban estrepitosos, gira y su cara inocente se encuentra con la sombra nublada del hombre anterior; no hay rostro, es una mancha difusa en la que solo logra ver: unos perversos ojos malva acompañados de una sonrisa tenebrosa.

Su punto visual se pierde cuando una fuerte corriente le alborota aún más su corta melena dorada: un aleteo. Angustiado, observa como el enorme bicho va descendiendo lentamente sobre su presa mientras esta permanece tranquila, sonriendo, aún en espera de encontrarse con su hijo.

¡MAMI, CUIDADO!, logra vociferar entre sollozos e intenta levantarse; sin embargo, el pasto enreda sus muñecas impidiendo que acuda a su rescate.

¡HUYE!, vuelve a suplicar con toda la fuerza que le permite su voz quebrada, aunque es inútil, ella lo único que mueve son sus labios, los curvea con calma en una sonrisa. La inquietud le martilla como un temblor cuando, lentamente, su mami vuelve a levantar los brazos en su espera.

El camino hacia ti. (MINI HISTORIA - MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora