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Había pasado cerca de una semana después de aquel encuentro con el hombre que fue mi pareja y que me dejó demasiado inquieta.

Seguía poniéndome nerviosa al recordar la felicidad con la que me miraba, la seguridad al decir que debíamos estar juntos.

Le había contado a Jimin lo sucedido apenas llegó a casa y como era de esperarse se preocupó demasiado e incluso estaba pensando en poner algún sistema de seguridad, no me opuse de todo a la idea de las cámaras exteriores, pero aquello significaba que estaba en un posible peligro y de solo pensar que Junsu podría representar una amenaza me hacía querer vomitar de los nervios.

Por suerte, las cámaras se instalaron un par de días después haciéndome sentir un poco más tranquila y siempre que Jimin podía regresaba temprano a casa para no dejarme tanto tiempo sola.

Tae y Jungkook llegaban en un par de horas y Jimin no dejaba de mirar el reloj conteniendo su emoción por ver a los niños. Había hablado con ellos un par de veces durante aquella semana,  pero claro que no es lo mismo a tenerlos con el físicamente, yo también los echaba mucho de menos. Había decidido que ordenaríamos pizza cuando ellos llegaran y Jimin les dejaría quedarse un poco más de tiempo viendo despiertos para poder pasar aquella noche los cuatro juntos.

Ambos estábamos en la habitación de Jimin, le había sugerido ver algunas películas para que el tiempo pasara de manera más rápida pero no había funcionado del todo.

–Te juro que si mis hijos llegan con algún color raro de cabello golpeare a Seokjin

–Jimin–dije pausando la película–te los regresará tal y como se los llevo.

O al menos eso esperaba.

–me trato de convencer de eso, pero jin es demasiado consentidor con ellos la mayoría del tiempo y me preocupa que le pidan alguna cosa loca y él se los de sin dudarlo o detenerse a pensarlo siquiera

–No creo que...

–En una ocasión Jungkook le pidió un oso de peluche– contó interrumpiéndome de golpe

–Eso no es tan malo–dije con una sonrisa, parecía estar exagerando un poco la situación

–Ese oso costaba cerca de cinco mil dólares porque era edición especial en colaboración con una marca de lujo  y jin se lo compro sin dudarlo, lo mismo pasó con el cabello azul de tae , le dijo que quería parecer un algodón de azúcar que jin le había comprado y pum, llegó mi hijo con cabello color mora azul. Casi me da un infarto al verlo

Mordí mi labio tratando de no reír, el ver a Jimin arrugar la nariz y mover los brazos de un lado a otro me parecía cómico parecía un niño pequeño Inflando las mejillas.

–supongo que como tío y padre es muy consentidor. Te recuerdo que el ve ambos niños como sus hijos y con jungkook es más consentidor todavía, se puede dar el gusto de comprar y hacer lo que ambos niños quieran que no digo que sea lo correcto, pero entiendo sus razones. Tal vez sea así como él vivió su niñez

–La niñez de jin no fue tan fácil y linda como crees, cariño–suspiró–y de adolescente jin era un desastre, en algunas ocasiones lo llegué a golpear por las estupideces que hacía– parecía estar recordando aquellos tiempos

–Pero ya no es así, es un hombre bueno–Le recordé

Por lo poco que tenía conociéndolo, me había dado cuenta del cálido corazón que tenía jin y aunque parecía alguien despreocupado, sabía que podía llegar a ser demasiado meticuloso con algunas cosas e incluso con jungkook a quien tenía completamente en su mente. Jin conocía cada detalle del pequeño.

Show me • [ P.JM ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora