Aarón Blake
"Corre, corre. No te de tengas, alcánzala."
Le hice caso a esa voz y seguí corriendo, corrí y corrí, algo me pedía alcanzar a la chica de cabello negro que corría a unos metros enfrente de mí, no entendía como había llegado a este punto, mi corazón se oprimía al forzarme a correr tanto, por alguna extraña razón no sentía mi cuerpo como siempre. Lo sentía pesado, un tanto adolorido.
"Corre, corre más rápido. Se irá".
Trataba de acelerar mi paso, pero era como si una barrera me impidiera correr más rápido, era frustrante.
Aun así no me detuve, seguí corriendo, de verdad necesitaba alcánzala, no entendía por qué, pero necesitaba hacerlo.
— ¡Alto! ¡Para ya! — Pedí sin dejar de correr.
La chica parecía no haberme escuchado, seguí corriendo, no paraba.
Luche con todas mis fuerzas ir más rápido, mis piernas ardían por el esfuerzo, el viento azotaba con fuerza mi rostro, estiraba mis brazos con intención de tocarla, pero aun así faltaba mucho para poder lograrlo.
Luche, luche tanto que un grito se escapó de mi boca, luche hasta que mis piernas hicieron que quedará a solo tres pasos de distancia. Aun así ella nunca volteó.
Mi vista estaba completamente centrada en su espalda, no quería despegar mi mirada de ella, algo me decía que si lo hacía, desaparecería para siempre.
Tenía que tener cuidado, a pesar de que existiera un pequeño camino en este bosque, en el camino por el que corríamos era de tierra, había raíces salidas y ramas tiradas, tenía que cuidarme de no tropezarme o de algo peor, no sé qué podría ser algo peor, pero aun así quería evitarlo.
Mis manos picaban por la importancia de no alcanzarla, no tenía ni idea de que tanto había corrido ya, pero me encontraba notoriamente cansado.
A la mierda, es ahora o nunca.
Cerré mis ojos por un segundo, al abrirlos ella seguía ahí, no me detuve, nunca lo hice y nunca lo haré. Siempre avanzare aunque ya no pueda más, siempre lo haré.
Sin detenerme, me avente. Sentí como la tomaba de sus brazos y ambos rodamos por el suelo de tierra. Dolieron los golpes, el aire se atoro en mi boca.
Al parar de rodar, quedé con la vista en el cielo, me había dolido la caída, con muecas de por medio rápidamente me posicione de rodillas.
Observe a los alrededores, las hojas caían, el cielo se encontraba gris y atormentador. Por más que miraba, estaba en un lugar lleno de tierra, hojas secas y un poco de pasto, parecía un pequeño círculo libre de árboles, más allá del círculo había árboles, árboles que se movían al compás del viento.
Volteaba a mí alrededor, el sonido del viento aturdía mis oídos, el lugar estaba tan vacío, a excepción de los árboles, como tenebroso. Volteaba mi cabeza tan rápido que asustaba, y por más que lo hacía, no encontré a ninguna chica, estaba solo, no había nadie. Juraba que habíamos caído juntos, había sentido el contacto de mis manos con su cuerpo, la había sentido, pero aun así no había nadie en este lugar, ni un alma, ni un cuerpo, estaba solo y no sabía por cuanto más lo estaría, aún que algo me decía que estaría así mucho tiempo más.
Arabella Acker
Desperté de golpe, cerré mis ojos con fuerza, respiraba hondo para controlar mi respiración, no recordaba que me había hecho sentir así, no recordaba nada más que un bosque, pero solo eso.
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Un par de balas
AksiCOMPLETÁ - RESUBIENDO Observé el pánico sembrado en el rostro del hombre que estaba frente a mí, atado a una silla. -Por favor, no me mates. Tengo información importante sobre mi jefe... -siguió hablando sin parar. Estuvo así al rededor de un minuto...