—Estas preciosa—me alagó Jofre observándome a través del espejo que enfrento-.
—No puedo creer que me hayas convencido de pintar mis alas en lugar de esconderlas—comenté peinando mi largo cabello blanco, que esta teñido de amarillo platinado, sobre mis hombros-.
—Me gustan tus alas—se acercó para pasar delicadamente su mano por una de mis alas negras, que ahora están pintadas de rosado caramelo. Aleteé un poco haciendo que quite su mano-.
—A mi me gustan las tuyas—me giré ladeando mi cabeza—y tus ojos, ¿por qué te pusiste lentes de contacto?
—No es común para los humanos ver a alguien con ojos rojos, no olvides ponerte los tuyos.
—¿El morado tampoco es un color común de ojos?—meneó la cabeza—se me olvidó lo raro que son los humanos.
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—Eleonor—volteé hacia Jofre para ver lo que observaba. Un grupo de niños pasó por nuestro lado luciendo sus adorables disfraces y cestas vacías, deseosos de llenarlas a tope de dulces—espera—me tomó del brazo deteniéndome antes de ir tras los pequeños humanos—no vinimos a eso—murmuró en mi oido-.
—Pero...
—Vinimos solo a ver esta rara costumbre, no a comer—pasó un mecho de mi cabello tras mi oreja puntiaguda-.
—Aburrido—resoplé fulminandolo-.
—Hoy no somos un grifo y un hada, somos simples humanos observando esta noche festiva—acarició mi barbilla-.
—Está bien—suspiré—¿entonces qué quieres hacer?
—No lo sé—miró al rededor con el ceño fruncido-.
Otro grupo de niños pasó a nuestro lado. Hice puchero poniendo ojos de borrego a medio morir.
—De acuerdo—cedió poniendo los ojos en blanco-.
..
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Quité el ultimo pedazo de carne que estaba pegada al hueso y arrojé este a la pila de huesos que está a mi lado. Jofre me pasó su bufanda para que me limpiara la sangre de los labios. Él se sentó más cerca de la pila para comerse los huesos.
—¿Qué haremos con eso?—apunté a las cestas llenas de dulces que tenían los cinco niños-.
—Dáselo a otros niños—se encogió de hombros acabándose los huesos-.
Gateé hacia él para dejar un beso en sus labios. Saboreé el sabor a hueso de su boca unos segundos antes de ponerme de pie y tomar las cestas para arrojarlas al río frente a nosotros.
El suelo tembló crujiendo bajo mis pies. Miré alarmada a Jofre, él me miró igual corriendo hacia mi para tomarme de la mano y hacerme correr con él lejos del río.
Jofre se detuvo abruptamente haciendo que choque contra su espalda. Incliné mi cabeza para ver el gran agujero negro frente a nosotros. Corrimos en dirección contraria pero no duramos mucho hasta que el mismo agujero negro se abrió bajo nosotros haciéndonos caer en el.
..
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—No lo vuelvan a hacer—ordenó la sirena madre al terminar su discurso sobre dejar el plano mítico—ya bastante tengo con la sequía de miraliticas para que me vengan con sus escapes irresponsables—refunfuñó volviendo a las profundidades de su río-.
Primera historia corta de fantasía, espero les guste, dejenme saber en los comentarios que opinan y si les gustó el cap.
Si les gusta la historia por fa compartan y voten.
Besos.
Anonim-18
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Historias cortas
RastgeleMicrorelatos sin temática específica, pueden encontrar un poquito de todo (amor, fantasía, miedo, suspenso, ... ) no hay fechas de publicación.