Capítulo 3

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Pov Genya 

Mi día había comenzado como cualquier otro, con Sanemi dejando el desayuno con una nota que decía "traga", mi hermano no era el ser más cariñoso o expresivo del mundo, pero me mostraba amor muy a su manera.

El camino hacia la escuela fue como cualquier día, solitario y ni hablar de las clases. Prácticamente toda mi vida ha sido muy solitaria, que vida tan deprimente. Por algún motivo que desconozco, nunca nadie se me ha acercado, no he tenido ningún amigo, sólo he tenido a mi hermano mayor. Pero no me deprimo, ya que desde que comencé mi segundo año de secundaria, he pensado que la vida me sonríe un poco, comencé a practicar kendo gracias a Sanemi y lo mejor de todo es que pude conocer a Tokito Muichiro, aunque este desconoce de mi existencia, bueno la desconocía hasta ayer.

Muchos dirían que tiene de bueno conocer a Tokito Muichiro, pero tiene mucho, la primera vez que lo vi fue en la ceremonia de apertura, ese día llegaba tarde, tenía toda la intención de ir sin ningún contratiempo pero el llanto de un gato me detuvo, soy muy débil por los animales, me acerqué con la intención de ver al pequeño gato, pero lo que vi me dejó marcado hasta el día de hoy. Un chico, de cabellos largos, con toques turquesa, de mirada aburrida y a su vez hipnotizante, con una casi inexistente sonrisa, que desprendía un dulce y sutil olor a menta. Aquel chico alimentaba al pequeño animal, no se porque, pero caí rendido ante él, cuando vi su uniforme me alegré, íbamos a la misma escuela.

Con el pasar de los días, me enteré que era de primero, que tenía un hermano mayor sobreprotector, que desprendía el mismo olor a menta pero más fuerte, nunca imaginé tener una oportunidad para hablarle, pero la obtuve, de la forma más fea, pero la obtuve al rescatarlo la noche pasada de una banda de alfas. Yo estaba feliz, aunque no fue una conversación como tal, estaba feliz de poderle hablar aunque sea un poco.

En el receso creí que estaba imaginando cosas, porque sentía el olor a Muichiro cerca a mi, tenía miedo de voltear y decepcionarme como las otras veces, pero estaba vez no fue así, cuando estaba sentado y comiendo sentí la voz del niño de mis pensamientos, soy sincero, me sorprendí y más cuando me comenzó hablar, creía que estaba en un sueño, me sentía cohibido, pero cuando Muichiro me preguntó qué era ser un buen alfa, toda mi timidez se esfumó, ese tema era el que siempre me gustaba charlar con Sanemi. 

—Un buen alfa —hablo con una sonrisa de oreja a oreja—, ser un buen alfa significa ser una buena persona, no humillar a los demás independiente del género que posean, proteger a quienes aman, siempre respetar las decisiones de los demás… que más te podría decir Tokito, ser un buen alfa para mí, es ser como mi hermano mayor —digo sin pensarlo.

—¿Como su hermano mayor? —la cara confundida que pone es muy tierna, me dan ganas de apretar esas mejillas.

—Si, él representa muy bien la palabra buen alfa, aunque sea un gruñón —me rasco la parte posterior de la cabeza. Sanemi, físicamente podría parecer un delincuente, pero es una muy buena persona.

—Me gustaría conocerlo —habla. De inmediato lo miró con los ojos abiertos, nadie nunca ha querido conocer a mi hermano.

—¿Por qué? —le pregunté. Me hacía feliz que Muichiro quisiera conocerlo, pero no quiero hacerme ilusiones.

—Porque quiero conocer al verdadero buen alfa —dijo viéndome directo a los ojos—, dime senpai, tú eres un buen alfa.

Su mirada penetró lo más profundo de mi ser, siento que sus palabras me carcomen.

—No lo creo —aclaro sin saber en verdad si lo soy o no—, creo que todavía me falta mucho para serlo.

—Creo que senpai va por un buen camino. —Sonríe, Muichiro me sonrió, siento mi corazón acelerarse y como mi cara comienza tornarse roja—. Senpai, puedo conocer a su hermano hoy.

—¡¿Hoy?! —casi me atraganto con mi propia saliva.

—Si, estoy decidido en conocer a un buen alfa.

—Supongo que está bien —digo tímido—, pero tengo práctica de kendo, no se si quisieras esperar o ir otro día.

—Entonces iré a su práctica senpai —sus ojos me miran directamente, siento que mira a través de mí—, puedo ir.

—Sí —es sorprendente que mi voz haya salido sin contratiempos—, te veré en la salida.

—Lo esperaré senpai —y después de decir eso dio marcha a su aula, unos segundos más tarde y la campana sonó dando fin al receso.


 No me pude concentrar en clases, todo el rato estuve ansioso para que llegara la hora de salida, no me importo que Inosuke me tirara una bola de papel que estaba destinada a Sabito, tampoco le di importancia a la batalla campal de Zenitsu contra Inosuke,  estoy seguro que el que comenzó la pelea fue Inosuke.

Recibí unos cuantos regaños del maestro Giyuu, por estar en las nubes, recibí miradas extrañadas de Kanao.

Cuando por fin sonó la campana que daba el fin de clases, guardé mis cosas lo más rápido que pude para ir directo a mi encuentro con Muichiro. Cuando ya estaba por salir vi a Sabito cubrir mi salida, con una cara seria.

—Shinazugawa, puedo hablar contigo —él quería hablar conmigo, entre en pánico, que digo—, será rápido. —Sentí sus manos en mis hombros, me guio hasta mi puesto.

—Shinazugawa, seré rápido, hoy has dado más miedo que de costumbre —comentó con los brazos cruzados.

—¿Doy miedo? —no lo sabía.

—Si, pero hoy distes más —aclaro con una mueca chistosa en su rostro.

—¿Por qué doy miedo? —no pude evitar preguntar, quiero saber porque doy miedo.

—Porque siempre estás con una cara seria —comento con una sonrisa burlona.

—Pero  mi cara siempre ha sido así, no quería provocar miedo —digo un poco confundido, acaso nunca di la impresión de ser alguien bueno.

—Lo se, se que eres una buena persona Shinazugawa. —Sabito me sonrió, él es la segunda persona en el mundo que no es mi familia que me sonríe—, pero es muy reservado y solitario.

—Ya veo —es inevitable que mi voz no suene decepcionada.

—Sabes Shinazugawa, siempre he querido ser tu amigo, pero pensé que no eras del tipo que tenía uno —su sonrisa se agranda—, dime puedo serlo.

—¿Quieres ser mi amigo? —preguntó incrédulo,  él asiente—. Entonces podemos ser amigos.

—Si, Shinazugawa.. oh debería llamarte Genya —nadie aparte de mi madre y hermanos me han llamado así, me había hecho tan feliz.

—Si, llámame Genya… entonces puede decirte Sabito.

—Claro.

Mi primer amigo era Sabito, el representante de clase. 

Caminamos hasta la salida, donde a lo lejos pude deslumbrar a Muichiro, se veía muy hermoso. Mientras caminaba junto a Sabito, me acordé de lo que me había dicho.

—Sabito —llame, él me vio de reojo.

—Dime Genya.

—¿Por qué hoy me veía más aterrador? —Si no lo preguntaba, me quedaría con la duda y me carcomerá.

—A eso, es que te veías muy feliz y a muchos les pareció extraño. —Comenzó a reír a carcajadas—. Decían que tenías planeado cometer un crimen, que tontos.

—¿Feliz por un crimen? —No entiendo.

—No prestes atención a lo que dicen —después de decir aquello, llegamos a la puerta.

Sabito saludo a Muichiro con un asentimiento de cabeza y se despidió de mí.

—¿Amigo tuyo, senpai?

—Si.

Después del breve comentario, comenzamos a caminar directo al dojo. 

Me pregunto quién sería feliz por cometer un crimen, mi felicidad es debido a Muichiro y ahora por mi nuevo amigo Sabito.

Good AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora