Vampiros

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Jiang Cheng no tenía recuerdos de su vida, al menos no de los primeros años de esta, recordaba cada pequeño detalle de un milenio, pero antes del milenio, nada.

Totalmente en blanco.

No le tomaba mucha importancia realmente.

En su vida las cosas no solían durar, las personas, mucho menos.

Siendo un vampiro, la inmortalidad le besaba los labios sin pudor alguno, algo que muchos humanos considerarían como una bendición, una que le otorgó a su vez la maldición de ver morir a todos aquellos que algún día lo acompañaron.

Se hartó de echar de menos

Así que consideraba, que si había un antes, seguro hubo personas a las que quiso, Jiang Cheng no estaba seguro de esto último simplemente era una sensación, o tal vez las numerosas cartas que encontró cuando siglos más tarde decidió volver a muelle de loto.

A Jiang Cheng no le importaba, mucho menos quería saberlo.

Por que si es su otra vida alguna vez amó a alguien

Esa persona ya no estaba

Y no quería echar de menos a nadie más

Aún recuerda al joven Jin Ling

Jin Ling había estado junto a él cuando " nació " como vampiro

Jiang Cheng no sabía por que el chico parecía estar
tan pendiente de él y si alguna vez tuvo sus sospechas, nunca las manifestó en voz alta.

Pero Jiang Cheng no era tonto, Jin Ling lo miraba como si cada vez que lo viera una inmensa tristeza le inundara, como si tuviera tantas cosas que decirle y aún así nunca pareció decir nada de lo que realmente quería decirle.

Vio crecer a ese niño y al igual que lo vio crecer lo vio morir.

Tuvo una buena vida, Jiang Cheng realmente vio como el chico se hacía un hombre y formaba su propia familia, siempre manteniéndolo a su lado.

Así que como remedio, más bien como salvavidas, había escogido a la soledad como una buena amante con la que pasaría el resto de su eternidad.

Jiang Cheng estaba bien con eso, aveces dibujaba, practicaba con la espada, cuidaba de los lotos ...una vida extremadamente tranquila.

Pero estaba bien, realmente lo estaba, hasta que él apareció.

Un veintinueve de octubre, un hombre alto y de cabellos azabache, se sentó frente a su casa, observando el lago que había ante esta.

Pasó todo el día ahí, quieto, sin moverse, y Jiang Cheng realmente pensó que era un tipo extraño pero no es como si en tantos siglos de vida no hubiera conocido gente extraña, así que lo pasó por alto y siguió a lo suyo.

Pero cuando al siguiente año se repitió el mismo suceso Jiang Cheng se encontraba un tanto irritado.

Era tremendamente molesto e incomodo que alguien se sentará frente a su casa durante todo un día entero.

Ni siquiera era como si pudiera hacer nada, no estaba invadiendo su propiedad, simplemente observaba el lago... Pero por Dios había más lugares de donde observarlo.

Al tercer año Jiang Cheng no pudo contener su lengua afilada y atacó al desconocido, recuerda haberle dicho muchas cosas, groserías en su mayoría (demasiado tiempo sin meterse con nadie), pero al no obtener ninguna reacción por parte del otro simplemente había acabado preguntando con un suspiro " ¿Por qué estás aquí? "

A pesar de que Jiang Cheng había hecho poco menos que insultar a sus muertos el desconocido solo sonrió y dijo "Espero a alguien"

Vale esa escena le pareció romántica, rozando cerca de lo empalagoso, pero ¿tenía que ser frente a su casa?

Xicheng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora