Jiang Cheng no creía en su suerte, no solía ser elegido en nada, nunca fue delegado, nunca lo escogían en los equipos de educación física, tampoco es como si le gustase el deporte de todas formas, sin embargo, siempre lo elegían para corregir la tarea, era el niño que verías llorar porque su bola de helado se cayó, el que siempre tenía tiritas en las rodillas de tanto tropezar, el segundo en todo, la sombra de otra persona.
No, Jiang Cheng nunca se consideró un chico con suerte, lo que hizo que se sintiera bastante solo, porqué quitando su hermano Wei Wuxian, nadie nunca diría que Jiang Cheng era su amigo, y vamos, hasta el pequeño niño lo entendía, tenía un humor terrible y si a eso le sumabas el aura de mala suerte que parecía envolverlo, pocas personas se le acercaban.
Si no fuera por su hermana, que siempre le compraba otro helado y sanaba sus heridas o su hermano que siempre lo molestaba y prácticamente le obligaba a seguirle en todas sus travesuras, la vida de Jiang Cheng sería un tanto triste.
Fue un día que habían invitado a sus hermanos a una pijamada, que se quedó solo, aunque muy a regañadientes de Wei Wuxian, que pretendía encadenarse a la cama con tal de no dejar a su hermano solo, sin embargo, con un insulto Jiang Cheng le dijo que se perdiera, aunque después le susurró que se lo pasará bien, él sabe que lo oyó.
Estaba tan aburrido, tenía diez años en ese momento, y sin sus hermanos no sabía muy bien como divertirse, la consola quedaba descartada, era muy aburrido jugar solo, podría ir a casa de la señora Pots que siempre le daba galletas y le contaba lindas historias, pero tampoco quería molestar, sus padres quedaban totalmente descartados, no recuerda que hayan jugado con él desde...desde nunca.
Así que ahí estaba, boca abajo, con los pies sobre el respaldo del sillón pensando que podría hacer, hasta que divisó la vieja estantería que había quedado un poco abandonada desde que compraron el nuevo televisor.
Miró alguno de los títulos, pero le llamó la atención los que parecían más nuevos, Harry Potter y la piedra filosofal y Harry Potter y la cámara de los secretos
Jiang Cheng frunció el ceño, el odiaba los secretos, no es como si mucha gente le contara secretos, pero los odiaba, su madre siempre le había dicho que la verdad es la base fundamental de la vida, que si alguien te habla con verdad tu deberías pagarle con la sinceridad absoluta, el hecho de que existieran los secretos a Jiang Cheng le parecía algo enfermizo.
Rápidamente descarto ese libro, y pasó al otro ¿Sería un libro de piedras? Le gustaban las piedras, las coleccionaba y después las pintaba para dárselas a Yanli, parecía interesante, así que empezó a leer.
La horas pasaron igual de rápido que las palabras y las páginas, no era lo que esperaba, era mucho mejor, a Jiang Cheng le fascinó el mundo mágico tanto que no parecía querer salir de ahí, y pronto lo terminó dándose cuenta que había pasado cerca de nueve horas sin prestar atención a su alrededor, quería seguir con el segundo, pero eran las cinco de la mañana, y un ruido le hizo darse cuenta de que si su madre lo pillaba, probablemente no desayunaría nunca más tortitas, así que puso el libro en la mesita de noche y feliz se fue a dormir.
Ese día Jiang Cheng creyó aprender una lección importante, ver la vida a través de los libros se sentía mejor.
No supuso un cambió completamente revelador, pero Jiang Cheng ya no se sentía tan solo, no tenía tanto miedo a equivocarse porque si pasaba, tenía un lugar al que escabullirse.
Aunque pronto extendió sus alas en el mundo literario, no solo Harry Potter, distintas sagas famosas, no tanto, libros independientes de todo...y a los quince años, cuando eso no fue suficiente, descubrió Wattpad
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Xicheng
РазноеCompartiré 4 pequeñas historias basadas en los temas de la XichengLatinFest. Espero que las disfruten 💜