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En el siguiente encuentro luego de haber ido los dos a Hogwarts, Jeonghan desde su cómodo cojín miraba por sobre su libro al menor, quien parecía estar muy concentrado estudiando algo que le recordaba a la Aritmancia por todos los números que tenía, pero era relacionado a estudios que tenían los muggles. Escribía cosas en un cuaderno anillado con un lápiz que tenía tinta en su interior, no en su caso que debía usar pergaminos y plumas. De repente, dejo el aparato lleno de botones que según lo que le dijo era una calculadora científica, para ahora fijar sus ojos en los del mayor.


- ¿Pasa algo? ¿Aun tienes dudas de cómo funciona esto? – Levanto la calculadora con duda, a lo que el rubio negó. No estaba seguro de cómo hacer lo que deseaba, así que solo dejo su libro a un lado para acercarse al castaño poniéndose de pie un rato para luego sentarse a su lado, sujetándole por la nuca. Si no encontraba alguna forma correcta de hacerlo, solo debía ir directo a ello - ¿H-Hannie? – Notaba como el cuerpo de Joshua se tensaba bajo el toque de su mano, moviendo sus ojos por todo el rostro del mago expresando confusión y nervios.


- Shhh – Pidió en un susurro, decidiendo solo acortar las distancias para chocar sus labios contra los de Joshua. Este abrió sus ojos con sorpresa, soltando una exhalación de satisfacción cuando Jeonghan retrocedió. Se miraron durante unos segundos como comprobando que los dos deseaban eso. Ahora el castaño acorto las distancias, hundiendo sus dedos en el cabello rubio del otro para mantenerlo quieto mientras lamia su labio inferior para luego empujar su lengua entre los labios del mago, dando inicio a un húmedo y lento beso.


Jeonghan inclino su rostro para intentar acercarse más, empujarse contra el menor porque le daba la sensación de que mientras más cerca estuviera de él, se sentiría todo aun mejor. Eran torpes por la inexperiencia, así que entre medio de los besos se reían de algún error que cometió alguno como morderse muy fuerte o hacer un sonido vergonzoso, calmándose un momento en solo dar besos cortos y suaves, para luego retomar esos que les quitaban el aire y calentaban su cuerpo. En cierto punto, ya no importaba quien era el que iniciaba los besos, porque ya iban muchos y los dos correspondían felices y emocionados a esos encuentros de sus labios.


Finalmente, cuando pararon, fue porque se dieron cuenta que habían acabado en el suelo y Joshua había metido de forma inconsciente su mano bajo las ropas de Jeonghan, quien se rió repentinamente al sentir cosquillas. Al descubrir ese punto débil, el menor empezó a atacar al rubio quien se empezó a retorcer a carcajadas, tirando manotazos y patadas al otro quien no paraba de reír entre dientes por la reacción del otro.


Con dolor de estómago por reír tanto y en el caso del squib también por recibir algunos golpes, se calmaron y pusieron a una distancia prudente, mirándose con los ojos entrecerrados.


- ¿Puedo seguir besándote las próximas veces que vengamos acá? – Jeonghan levanto una ceja ante la pregunta del castaño.


- Claro, pero ¿Por qué no mejor continuas ahora? Eso sí, no me hagas cosquillas o te daré una patada en donde más te duela – El menor sonrió felinamente, empezando a gatear en dirección del mago para que al llegar a su lado, volver a atrapar sus labios con suavidad. Ese fue el inicio de las muchas sesiones de besos que Jeonghan y Joshua tendrían en la Casa de los Gritos.



Un día, Joshua solo le dio dulces besos al mayor y luego se puso algo distante porque quería decirle algo, pero su mente se borraba cuando tenía los labios del otro sobre los suyos. Jeonghan se cruzó de brazos, esperando que fuera algo importante lo que iba a decir como para no dejarle besarlo en los últimos minutos antes de que se fueran cada uno por su camino.

Helpless (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora