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Unos minutos después de ver los mensajes de Taehyung y agradecerle por su intento de consuelo, que le causó más ternura que otra cosa, inevitablemente revisó el antiguo chat que mantenía con Jimin.

Pensó que probablemente, en aquel mismo instante, el mayor estaría dándolo todo en el escenario, porque decir la palabra escenario sin luego mencionar a Jimin era casi imposible para el, dichas palabras fueron hechas para estar juntas en todas las oraciones, sin excepción.

Si incluso, ese día que lo vió, en un supermercado corriente, sin absolutamente nada llamativo y sin mucho más que ofrecer que alimentos, el pelinegro había sabido como apoderarse de su mirada y de toda su atención. Claro, sin añadir, que por supuesto era su idol favorito hacia varios años ya.

El recuerdo de ser besado por el mayor lo envolvió, casi pudo revivir el dulce olor que este desprendía al abrazarlo. Aquellas pequeñas pero titilantes orbes, de un color complicado de analizar debido a la escasa luz del lugar, era una imagen que muy difícilmente borraría de su mente.

Se preguntaba si algún día sería posible el poder ver con claridad la sutileza de sus rasgos, estaba acostumbrado a soñar con ello o a verlo por fotos, pero ahora que realmente lo habia observado en vivo, todo se resumía en ello, en querer repetirlo. Era extraño para el siquiera poder explicarlo, ni en las conversaciones que mantenía con el mismo era capaz de expresar lo que había sentido.

Era considerado como una persona tranquila, bastante para su edad, a menudo pasaba por bares en los que lo conocían (y dejaban pasar por ser menor de edad) juntos a sus conocidos y en otras ocasiones solamente se instalaba a jugar videojuegos con su mejor amigo en la cómoda sala de su casa, y ambas estaban bien para el.

Pero siempre permaneció un espacio por rellenar, en aquellos momentos de soledad, en lo que no tenia a nadie con quien conversar de sus tareas o a alguien a quién abrazar, se hallaba bastante vacío, aun teniendo mucha gente rodeándolo.

No le importaba que Taehyung lo tachara de cursi, el realmente quería a alguien que aceptara su amor tal cual era, sin querer modificar nada el.

Exacto, al menos en eso si se entendió: Deseaba que alguien se dejara amar por el.

Por más que exista el miedo entre ambos, por más inseguridades que hayan en cada roce, queria una persona que se quedara junto a el y que sólo tome su mano en los momentos precisos.

Se cuestionaba si acaso era mucho pedir alguien que enrollara sus dedos en su voluminoso cabello por las tardes mientras merendaban o cuando dormían, alguien que si quisiera hacer esas "aburridas" competencias de lectura junto a el... No sabía cómo funcionaban aquello de la convivencia, sus experiencias en ese tema eran bastante nulas de hecho, pero estaba seguro que al momento de tener que amar a la persona correcta, lo sabria. Sabria como hacerlo.

Lo que no sabia era que seria tan complicado, mucho menos sabia que de quien se enamoraría sería del idol más importante de Corea, el más venerado y admirado por la juventud, incluyéndolo.

Leyó cada palabra, hasta llegar al inicio de la conversación, acompañando su lectura con un largo suspiro que se vió interrumpido por la llamada entrante de su mejor amigo.

— ¿Hola? — Se sorprendió al oirse tan triste.

— Prende tu televisor, ahora.— Mandó un Taehyung exhaltado al otro lado de la línea.

Tomando el control que tenia justo al lado de el, le hizo caso al castaño. Vió como la pantalla se reflejaba en la ventana de un costado de su habitación, siendo la única luz aparte de la de su celular. Sin necesidad de preguntar, y oyendo la voz de Taehyung aun sin estar con el teléfono en su oreja, marcó el número de canal donde sabia que estarían dando el programa.

El pecho le vibró en una sensación nueva para él, no sabia bien si era un sentimiento que el mismo había reservado cada vez que veia a Jimin. Pensó que tal vez su cuerpo habia creado una exclusiva forma de reaccionar al mayor.

— Es lindo... Venir, ganar, e irme...— Se sentó rápidamente frente al televisor, mientras encogía la piernas y a la par escondía su cabeza en su capucha. Incluso desde ahí, escuchó al público gritar expectante. Por lo que vió cuando volvieron a enfocar a Jimin, es que este estaba en una especie de trance en el que claramente se le dificultaba hablar. Nervioso, arremangó sus dos mangas hasta cubrir ambas manos y subió el volumen. — Sólo... es realmente difícil chicos... No me gusta mentir, nunca me gustó. Incluso cuando robaba dulces de la cartera de mamá, se los devolvía el dia siguiente, de toda la culpa que sentía.— El público rió pero ni Jimin ni Jungkook sonrieron.— Siento mucho esto...

Se sentía como si sólo el y Jungkook entendieran la situación, como si ellos realmente estuvieran compartiendo el mismo sentimiento.

La habitación quedó en silencio y lo único audible eran unos gritos provinientes de su celular, ignorándolo, siguió con la mirada clavada en el televisor.

Jimin volteó por un segundo hacia una persona que permanecía detrás de el, y quien al parecer sostenía su premio recién obtenido.

— Los quiero... Yo... Espero volver.— Observó como Jimin buscaba la cámara y cuando la encontró sólo murmuró un "Te amo, no me olvides". El menor no quiso pensar que estaba loco, quiso creer que eso realmente habia ocurrido, allí y ahora. Jungkook sintió miedo al verlo literalmente huir por aquel enorme escenario. Justo después de eso, la premiacion envió a comerciales, dejando al menor en desconcierto y a un Taehyung gritando en el teléfono pidiendo atención.

liar; kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora