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— Comenzamos mal, Jungkook. El teléfono.— Podría jurar ver su vena cava palpitar con fuerza.

Como se le pidió, dejó el celular en la palma del tipo frente a el.

Necesitaba respirar, sus pulmones no soportarían mucho más sin oxígeno. Pero no podía, su nariz y boca parecían clausuradas, lo único que podía percibir era su pierna meneándose y su corazón bombeando como nunca.

— ¡Jimin, amado! ¡Por aquí! — La mano de SiHyuk salió por el orificio de la puerta y Jungkook vió de forma clara como este tomó el brazo de Jimin y lo arrastró adentro, todo esto sin perder ni un poco la compostura. Eso lo pertubó. Tuvo que llevarse las manos a los botones del traje, debía contenerse, tenía que hacerlo.

Al segundo el cuerpo de Jimin estaba adentro, no le dió tiempo de verlo cuando entró otro pelinegro: Seokjin.

SiHyuk llamó con su dedo a Seokjin para decirle algo al oido, por lo que tuvo la oportunidad de ver a Jimin. Estaban a unos cuatro metros de distancia, y podía sentir su incomodidad como si estuvieran a dos. Se imaginó que este estaría malinterpretando todo. Justo como el lo había hecho en un principio.

Imaginó sus pequeños ojos llorando por él.

Su mente recreó una de las peores escenas posibles en menos de dos segundos.

— ¡Hola Jungkook! Un gusto, de nuevo.— De la nada tenia a Seokjin en frente de el con una mano extendida. La tomó con su gesto más amable posible.

Vió a Jimin caminar cabizbajo junto a SiHyuk hacia la mesa, al frente de Jungkook.

Esperó encontrarse con los ojos del chico pero esto no pasó gracias a las grandes gafas que llevaba se lo impedieron.

— Estamos acá para concretar tu ingreso a la agencia, Jungkook.— SiHyuk sonrió luego de sentarse con Jimin a su lado.

— ¿No falta Namjoon? — Habló sin ningún análisis previo, y lo supo cuando por primera vez Jimin alzaba la cabeza en su dirección. Parecía sedado, no mostraba nada.

No le transmitía nada desde su lugar.

liar; kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora