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Cuando estaba cambiando su ropa deportiva al traje que habia comprado para la junta de esa tarde, revisó la hora.

Por ahora estaba tranquilo, Taehyung estaba por llegar para ayudarlo con su aspecto y Hoseok le habia dejado una especie de nota alentadora con los puntos del "plan" y su almuerzo.

Tal vez por el no se sentia mal, sabia que le debería demasiado luego de que pasara todo, y si era totalmente honesto nisiquiera sabría cómo pagárselo.

Escuchó su teléfono sonar y efectivamente era Taehyung quien ya habia llegado.

Las cosas en la universidad no habian vuelto a la normalidad pero no estaba todo fuera de control. Tampoco eso es como si le quitara demasiado el sueño. Definitivamente tenía asuntos de mayor importancia que atender.

— Creo que estás bien, igual... ¿Por qué el esfuerzo?, si le gustaste aún luciendo como un vagabundo comprando tomates.

— No se si le gusté.— Taehyung estaba ocupándose de su corbata y en cuanto lo dijo casi lo ahorca con ella.— ¡Déjame!

— Es que eres imbecil, de verdad.— Lo vió voltearle los ojos y luego le sonrió.— ¿A estas alturas tengo que volver a recordártelo? Ese chico se arriesgó y fue a un supermercado de cuarta por ti, sin importarle las consecuencias que claramente tuvo.

— Yo también lo haría por el.— Las mejillas le ardían en distintas tonalidades de rojo.

— ¿Ahí tienes tu respuesta, no?

— No sé, me siento como si me estuviera arreglando para mi muerte.— Ajustó su corbata y vió su silueta en el espejo que tenia al frente, después enjuagó su rostro. Miró a Taehyung con la vista en su reloj y supó que era la hora.

— ¿Sabes que estoy acá no? La de Historia puede joderse, tendré el maldito teléfono junto a mi en todo momento.

— ¿Si te pregunta que harás?— Jungkook sonrió.

— Que no todos los días tu mejor amigo va a salvar a su novio super estrella de unos explotadores de la industria del Kpop y tal vez se quedé lo suficientemente en shock como para dejarme en paz.

— O tal vez te expulse.

— Pequeñeces...— Taehyung tomó la mano del pelinegro y la apretó mientras que con la otra rodeaba su cuello.— Te quiero, Jungkook. Me arrepiento mucho de lo que te dije esa noche, era mi enojo quién hablaba.

— También te quiero Taehyung.— Se separó aún con la vista fija en los ojos vibrantes de su amigo y agarró su maletín.— Y... eres un bebé.

— ¡Cállate!

— ¡Ya tendrás tiempo de golpearme!.— Después de cerrar el baño principal de la universidad con seguro doble, salió corriendo a la salida. Llorando.

No sabía si de felicidad o de miedo.

Capaz las dos.

liar; kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora