22. "Pesadillas, o ¿Algo más?"

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Una luz verde era lo único que se podía ver en el pasillo totalmente oscuro. La luz se movía lentamente, mientras se movía esta alumbraba todo alrededor suyo. Se podía apreciar fotos antiguas, muy antiguas de hecho, en una de ellas se veía a Tom Riddle. Al lado de esa misma foto se encontraba una con tres personas: un niño, una mujer y un hombre; todos vestían elegantemente. Pero las caras del hombre y la mujer no se podían ver, una gran mancha de color negro las ocultaba, pero más que mancha parecía como si hubiese sido quemado.

La luz siguió avanzando. Ya no había más que ver pues lo que venía eran cuadros de madera podrida torcidos y algunos hasta en el suelo, ninguno de esos cuadros tenía imagen alguna. De un momento a otro toda la escena que Brooke veía dentro de su cabeza cambio.

Una mujer con cabello abundante y espeso adornaba la imagen, su cabeza se mantenía tiesa y firme, ella se concentraba en escuchar las palabras que la criatura que Peter Pettigrew cargaba decía.

 

Mi querida Bella, siseaba el señor tenebroso—. Me alaga que me hayas buscado y de la misma manera, encontrado.

 

Bellatrix Lestrange sonrió.

 

De ninguna manera iba a abandonarlo, mi señor.

 

Pero me desagrada que tú misma me hayas ocultado a tu hija… —dijo Voldemort en tono agudo y con cierta ira en su voz.

La sonrisa que Bellatrix tenía en su rostro se borró inmediatamente al escuchar la palabra “tu hija.” Él no podía saber de lo que hablaba, no podría haberse enterado de ninguna manera. Pensó la mujer, y en tan solo pensar eso borró los mismos pensamientos que tenía, tratando de evitar que Voldemort pudiese saber lo que pensó.

 

— ¿Mi… mi… mí que, mi señor? —tartamudeo Bellatrix.

 

—Tu hija. —repitió amargamente—. Serás perdonada gracias a tu lealtad, —prosiguió Voldemort—. Pero este verano me la traerás.

 

La mujer tragó el poco líquido que había en su garganta. Trató de procesar lo que su amo y adorado señor dijo, pero simplemente no soportaba la idea de lo que él dijo. Tantos años cuidándola y protegiéndola para que ella no fuese mortifaga.

 

—No creo… si me disculpa, mi señor. No creo que eso sea posible, pues yo no sé dónde ella se encuentra. —contestó temerosa.

 

—Bellatrix, —Voldemort habló suavemente—. Sabes muy bien; Si tú no me la traes, yo mismo la buscare, pero a diferencia de los planes que tengo para ella. La asesinare. También a toda tu familia.

 

Bellatrix asintió y contestó—: La traeré.            

Abrí mis ojos.

¿Acabo de tener una pesadilla?

 Me senté sobre la cama, mi respiración se encontraba acelerada y podía sentir a mi corazón latiendo rápido y fuerte.

Hace tanto que no tenía esta clase de pesadillas, rodee mis piernas con ambos de mis brazos. Lo peor es que esta pesadilla no fue para nada parecida a las anteriores, está (por mucho) me pareció mucho más real de lo que sentía al estar sentada en la cama. Me levante de la cama, me puse una túnica de color negro sobre mi pijama y salí de la mazmorra lo más sigilosa que pude, después me dirigí al despacho de Dumbledore. Tal vez él pueda ayudarme con esa sensación, ese sentimiento que sentí.

Hija de una Mortifaga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora