24. "Privilegios & La Segunda Prueba."

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Me encontraba sentada a un lado de Theodore en su habitación. Sobre la cama, él mantenía su cabeza en mis piernas mientras leía el diario el profeta, yo pellizcaba sus mejillas. Por la ventana de la habitación podía apreciar muy claramente al lago negro congelado, suspire, extrañaba a mi madre.

— ¿En qué piensas, Danielle? —pregunto el pelinegro.

—Sí no fueses mi novio, no te dejaría llamarme así. —Theo sonrió.

—Privilegios de serlo.

Era 27 de Diciembre. El día de navidad Theodore me pidió ser su novia, y al pensar en todo lo que últimamente ha pasado, acepté.

Sonreí.

— ¿Y yo no tengo ningún privilegio? —alcé una de mis cejas.

— ¿No es ya tenerme un privilegio? —el chico rió.

Rodé mis ojos.

—Bueno, no. No lo es. —sonreí.

Toque una de las cadenas alrededor de mi cuello, ahora tenía dos. La que Draco me dio por mi cumpleaños, y la que Theo me regalo por navidad.

Quite el profeta de las manos del chico.

— ¡Brooke! —exclamó él.

Tire el diario a la cama siguiente, perteneciente a Blaise, y me incliné para besar a mi novio. Merlín, se siente tan raro decir esa palabra.

La puerta de la habitación se abrió, y seguidamente se escuchó—: ¡Oh, busquen una habitación!

Al voltear al marco de la puerta pude ver a Draco con una mueca de asco.

—Hurón, estamos en una habitación. —Theo se sentó sobre la cama.

— ¿Sabes qué? Retiro lo dicho, no quiero que violes a mi prima.

Theo es el mejor amigo de Draco, se supone que tenía que saberlo. ¿No?

Harry

Cogería la capa invisible y volvería a la biblioteca. Si no había más remedio, pasaría la noche en ella. ¡Mañana era el día de la segunda prueba y aun no tenía nada para respirar debajo del agua!

¡Lumos! —susurré quince minutos después, al abrir la puerta de la biblioteca.

Con la luz de la punta de la varita encendida, pasé por entre las estanterías cogiendo más libros: libros sobre maleficios y encantamientos, sobre sirenas, tritones y monstruos marinos, sobre brujas y magos famosos, sobre inventos mágicos, sobre cualquier cosa que pudiera incluir una referencia de pasada a la supervivencia bajo el agua. Los llevé a una mesa y comencé a hojear los libros al delgado haz de luz de la varita. De vez en cuando consultaba el reloj.

Hija de una Mortifaga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora