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El camino hacia la cabaña estaba rodeada de la naturaleza exuberante y frondosa como siempre. El crujir de las hojas bajo mis pies se mezclaba con el sonido de los pájaros que se despedían el día. Tenía el pelo morado, estaba totalmente aterrada por la idea de tener que volver sola al castillo pero mi mente estaba llena de preguntas mientras me acercaba a la cabaña.

"¿Cómo le introduzco el tema a Hagrid?"

Nada más llegar toqué la puerta.
Escuché a Fang ladrar mientras los grandes pies de Hagrid se acercaban a la puerta para abrirla.

Hagrid: Eleonor, que alegría verte, estoy preparando un té pero te puedo dar unas galletas.- Dijo desganado.

¿Que le pasa?

Yo: Muchas gracias.- Me abrió el paso y se sentó para luego hablar.

Hagrid: ¿Y que te ha llevado hasta aquí?

Yo: Gracias a Merlín que has preguntado, hace cincuenta años ¿qué pasó en Hogwarts?- Solté lo más rápido que pude. Hagrid empezó a hechar cuentas desviando la mirada hacia el techo hasta que se dio cuenta a que me refería.

Hagrid: Si lo sabes, ¿por qué preguntas?- Yo me arrodillé en el suelo y junté mis manos. Hagrid me miró sorprendido.

Yo: Necesito tu ayuda Hagrid, por favor, no quiero que petrifiquen a más gente.- Me miró con pena. Dudó un poco pero como siempre cedió a darme la información.

Hagrid: Esta bien, te lo contaré... La cámara fue abierta, y yo justo conseguí una arañita del bolsillo de un viajero. Le puse de nombre Aragog.

Yo: ¿Qué tiene que ver?- Dije con el ceño fruncido.

Hagrid: Créeme que tiene que ver bastante de lo que parece.- Se aclaró la garganta tosiendo un par de veces.- Mi araña fue creciendo más y más, ¡era la mitad de mi brazo! A mitad de curso la cámara fue abierta y una niña fue asesinada. Todo el mundo cayó en histeria, y decían que había un monstruo habitando en la cámara.- Miró al suelo.- El prefecto de Slytherin me acusó de tener el mounstro. Todos lo creyeron, me quitaron la varita y me expulsaron. Aragog escapó del perfecto de Slytherin y se adentró en el bosque. Ahora vive allí.- Miré con tristeza a Hagrid. Él se veía triste y suspiró profundamente.

Hagrid: Hoy por la noche vienen Cornelius Fudge y Dumbeldor. Lo más seguro es que me manden a Azkaban.- Su cara lo decía todo. Era una mezcla de tristeza y terror de la que ahora no podía librarse.

Yo: ¡¿Tú?! No puede ser. Tú eres una gran persona, ¡es injusto!- Le miré y cogí una galleta.- Bueno, los dementores solo te pondrán a recordar recuerdos tristes, no te torturaran, no eres culpable. Toma, te vendría bien comer dulce ahora.- Le di la galleta al ver la cara de susto que tenía. Hagrid me regaló una media sonrisa y yo le abracé. Me rodeó con sus grandes brazos, y pensé mientras lo hacía...

"¿Quién era la chica que fue asesinada?"

Yo: Hagrid, perdona por interrumpir el abrazo pero, ¿quién fue la chica asesinada?- Hagrid suspiró.

Hagrid: Myrtle Warren.- Hubo un silencio y puso cara de arrepentimiento.- No debí decir eso.

Yo: ¡Me tengo que ir Hagrid! ¡Muchas gracias y mucha suerte!

Hagrid: Adiós Eleonor.- Me fui corriendo del lugar con toda la adrenalina que corría por mis venas sabiendo que en ese momento estaba completamente sola.

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Cené a la velocidad de la luz y decidí yo sola llevar la situación, ya que Harley y Lucy no querían solucionar sus problemas.
Mis hermanos Adam y Madison me vieron con mucha prisa e intuí que sospecharon así que corrí para que no me preguntasen.

Eleonor Foster Y la Cámara De Los Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora