Mi chica narradora #2 (Completa) ©

Capitulo 12| Lo inevitable

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Tras unos segundos, en los cuales no aparte mi mano y ella no me soltó, Auryn se puse de pie en un salto, sus ojos vagaron por toda la habitación sin parar un segundo en mi, estaba sonrojada, agitada, sus pupilas dilatadas y sus ojos húmedos a causa de lo pasado segundos atrás.

Quería hablar, decirle algo, pero sinceramente no tenía idea de que palabras hacer que salieran de mi boca en ese momento, la incomodidad en mis pantalones seguía allí, y tan solo tenía ganas de tomarla de la mano para lanzarla en la cama junto a mi y acabar con lo que habíamos comenzado.

Bajo la tela del suéter, cubriéndose lo mejor que pudo sus piernas y camino con rapidez hacia lo que pude ver era el baño. Me quede quieto, intentando procesar aquello y sin querer cometer alguna estupidez, observe mis dedos mojados y gruñí... busque con rapidez algo con que limpiarlos y por suerte, un paquete de pañuelos desechables se encontraba sobra la mesa de luz de su lado, me estire con un poco de dificultad debido a mi erección y tome uno de ellos limpiando mis manos. Metí el pañuelo en el bolsillo de mi jean al no encontrar donde tirarlo y me quede quieto allí sentado, respire nervioso ¿Qué se suponía que hiciera ahora? ¿Ella querría qué me fuera? ¿Debía esperar? 

Suspire y me calme lo más rápido que pude, ya mi problema había bajado bastantes revoluciones, así que viendo que Auryn no saldría de allí, me senté, me puse mis zapatos y tome mi chaqueta para largarme de allí cuanto antes, ya no estaba seguro de querer estar allí cuando ella saliera. Solo había sido un momento de debilidad, listo, no era para torturarme...

Cuando me disponía a abrir la puerta de la habitación, oí como la puerta del baño era abierta, me di la vuelta de inmediato y sus ojos me inspeccionaron confundidos. Ya no estaba tan sonrojada, su estado había vuelto a la normalidad, aunque se podía notar sus nervios, en la forma que movía sus manos refregandolas en su suéter, o como su pierna temblaba. Suspire de nuevo, se veía linda así, había recogido su cabello en un moño y algunas hebras de él tapaban parte de su rostro, como pequeños hilos de color negro.

-¿Te vas? -pregunto luego de unos segundos con voz suave.

Asentí con una media sonrisa, no creía que quedarme allí fuera la mejor idea, a pesar de ver que ella no estaba enojada ni nada por el estilo.

Abrió los ojos incrédula, sonrió con lo que pude notar era rabia y asintió haciendo un movimiento con la mano de que siguiera mi camino. No lo hice, tan solo me quede allí, observadola.

-Perdón por lo de recién -me disculpe.

Su mirada se suavizo y esa sonrisa de rabia fue sustituida por una divertida.

-Gracioso -murmuro dirigiéndose nuevamente a la cama.

Al llegar se sentó de la misma forma que minutos atrás y me observo de los pies a la cabeza, mordió su labio inferior sin quitar la sonrisa y clavo su vista en el televisor.

-Yo...

-Mañana nos vamos a las cinco de la mañana, te espero en la puerta del edificio y no llegues tarde -me interrumpió con aquello.

Era una forma de decirme "vete" pero no de una mala manera.

Asentí y me di la vuelta dando un par de pasos, pero volví a observarla y clave mis ojos en los suyos, los cuales ahora me observaban.

-Sabes que es solo el comienzo ¿cierto? -pregunte tranquilo.

Ella sonrió con dulzura,una dulzura que jamás había visto, que me calentaba el corazón.