Maratón final 6/7
Los siguientes días luego de volver, evito a Auryn a toda costa, no puedo verla y sentir que no tendré las fuerzas para hacer lo correcto, sé lo que debo hacer, sé que es lo que ella necesita, sé que es lo que se merece y lo que no, y puede sonar egoísta que solo yo decida lo que debe suceder, pero a pesar de todo, la conozco y sé lo que su mente considerará mejor, sé de lo que sería capaz, y no quiero ni imaginarlo.
Sus llamadas no han dejado de llegar, al igual de las veces que ha venido a mi departamento para buscarme y simplemente me encierro en el baño, donde no logro escucharla llamar con tanta claridad esperando a que se vaya, sus mensajes, sus llamadas... su voz en mi cabeza. He llorado como un niño buscando formas de despertar de la pesadilla en la que me encuentro sumergido, buscando opciones en las que ella no sufra y sea totalmente feliz, me he vuelto loco, encerrandome en dos ocasiones en bares para beber y olvidarme hasta de mi nombre, pero al otro día solo queda una resaca horrible y el dolor en mi pecho no se va.
El sonido de la puerta me aparta de la atención de la paĺicula frente a mi. Cierro los ojos con fuerza cuando la escucho.
-Por favor -su voz esta ronca y dolida -necesito verte, no me hagas esto... no es justo Daniel... te quiero.
Me muerdo el labio y mis ojos se humedecen con rapidez, intento controlar el latido fuerte de mi corazón y el dolor desde lo más profundo de mi ser, pero no lo logro, estoy lleno de rabia e impotencia.
Me pongo de pie y me acerco a la puerta apoyando la frente y manos en esta. Ella... merecía una explicación.
Tomo un largo respiro y me alejo un poco para, con manos temblorosas, dar vuelta la llave y abrir. No logro ver nada al hacerlo, simplemente siento unos brazos rodeándome por el cuello, el calor de su cuerpo pegado al mío y los latidos fuerte de su corazón junto con el temblor de todo su cuerpo, la rodeo con mis brazos y la escucho sollozar en mi cuello con fuerza.
-Eres un idiota -murmura con la voz afectada -un completo idiota... no puedes hacer lo mismo que antes Daniel -me suplica.
Dejo que algunas lagrimas bañen mis mejillas, doy unos pasos hacia atrás con ella en la misma posición y cierro la puerta. Pasan unos largos minutos en los que solo disfruto de su aroma a flores, su cuerpo no deja de temblar, aun solloza y yo solo pienso en como tendré las fuerzas suficientes para hacer lo que debo. Jamás había sentido aquello, tanta impotencia y rabia junta, jamás me había sentido tan desesperado, con tanto miedo, como un niño, solo quería quedarme en aquel abrazo para siempre, que el mundo se detuviera y pudiera tenerla así para siempre.
Me aparto con cuidado y la observo a los ojos, están rojos, al igual que su nariz, sus lágrimas no dejan de salir y cada sollozo de su parte es demoledor. Limpio mis lágrimas con rapidez y clavo mis ojos en ella.
Toma los puños de su sudadera y seca sus lágrimas, sus ojos me observan cautelosos, como si ya supieran lo que haré.
-Perdón -digo acariciando su mejilla.
Solo tenemos medio metro de distancia, pero aún así siento la calidez de su cuerpo.
-Me asustaste -admite con voz ronca -¿por qué no me atendias? Vine a buscarte muchas veces Daniel, te llame, te escribí... creí que... -baja la cabeza y la recuesta mas a mi mano en su mejilla -creí que me habías dejado
Trago saliva con fuerza y muerdo mi labio conteniendo los miles de insultos que quiero gritar.
-Tenemos que hablar -le digo despacio.
Ella me observa aterrada y da un paso atrás, rompiendo todo contacto conmigo. Niega repetidamente con la cabeza y deja escapar una risa amarga.
-No, no vas a cometer una estupidez -asegura -no vas a hacer algo idiota, no pasa nada -se da la vuelta y comienza a caminar de un lado a otro abrazándose a si misma -sé que hablaste con mi abuela, pero encontraremos otra opción ¿esta bien? -se detiene dándome la espalda -podría...
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Mi chica narradora #2 (Completa) ©
FantasyHay una cosa en la que no puedo dejar de pensar... y es su voz, y el sonido de su respiración pronunciando palabras que, siento, están dedicadas a mi. Tan solo espero ansioso, a que mi chica narradora, vuelva a aparecer en mi mente. Aquello... ¿Ten...