Sin Escape

Prólogo

Sentí como mis auriculares se me salían de mis oídos bruscamente, e inmediatamente me giré para ver la razón. Mi madre, Layla, se encontraba parada a mi lado con su ceño fruncido y sus puños sobre su cintura. Dejé mi lapiz negro sobre el papel en el que estaba dibujando y la miré confundida.

-¿Ya estás lista?- me preguntó.

-¿Lista para qu...- la pregunta quedó en el aire. Había olvidado mi primer ensayo con mi nuevo profesor de canto, que comenzaría en, diablos, 10 minutos.

-Te espero abajo en 5 minutos- me contestó seria y salio directo de mi habitación cerrando la puerta tras ella.

Así es como comenzó todo, con solo un ensayo como cualquier otro de los tantos que había tenido.

Me llamo Katheryn Mcclain, pero normalmento todos me dicen Katy, menos mi madre cuando se enoja conmigo. Ella y yo tenemos una de las mejores relaciones entre madre e hija que podría pedir. Ella sabe todo de mi vida y yo se todo sobre la de ella. Mi padre falleció hace dos años, un acontecimiento que ninguna de las dos todavía superamos. Ella llora por él casi todas las noches, y yo bueno, se podría decir que voy mejorando. Tengo un hermano más grande, Jake,  que vive en Australia, donde se especializa de biólogo marino. Hablamos seguido, aunque en esta casa se siente mucho su ausencia. Desde que mi hermano y mi padre se fueron de esta casa, mi madre y yo nos unimos como nunca, es como si fuera otra mejor amiga más, pero que me reta y me obliga a hacer cosas que no quiero. Ella trabaja de traductora en una empresa, por lo tanto, se pasa horas y horas traduciendo textos en español, inglés, francés, italiano y alemán; y pasa la mayor parte del día fuera de casa.

Nací en California, Los Ángeles, que es donde actualmente vivo. Tengo 17 años, y estoy cursando mi último año en la escuela. El año próximo entraré en la universidad de música de San Diego, y rehaceré mi vida allí.

En la escuela me va bastante bien. Tengo la cantidad de amigos necesarios, los cuales estoy con ellos gran parte del día. Mis calificaciones son muy buenas y no tengo ningun enemigo ni nadie con el que pueda llevarme mal. En ella, como en otras escuelas, también está divida por ''grupos''; los populares, los brabucones y todo ese tipo de tonteras, el cual no estoy metida, y realmente estoy agradecida por ello. Yo solo camino con mi grupo de amigos por los pasillos como si nada ocurriera, nadie se mete en mi vida y yo no me meto en la vida de nadie.

En lo particular, hasta ahora he tenido una vida muy conformable. Asistí a fiestas y me divertí como cualquier adolescente, y también pude cumplir mis sueños.

Soy cantante y adicta a la música. Ésta es la razón de mi existencia. Participé de gran cantidad de actos y obras: para la escuela, academias y hasta empresas importantes relacionadas con el gobierno. Conozco casi todos los teatros importantes de la zona cercana a Los Ángeles, en los cuales he cantado y realizado mi talento. Se tocar el piano a la perfección y también la guitarra. Fui a unas cuantas clases de violín, pero no me dedico mucho a éste. Gracias a mi madre, puedo cantar en español e italiano y la verdad me ha servido mucho.

Terminé de colocarme lo primero que encontré y salí corriendo escaleras abajo donde mi madre me esperaba. Normalmente soy una chica que no me gusta producirme tanto para salir, no me paso horas y horas preparandome como otro tipo de chicas, solo dejo mi cabello rubio suelto y listo.

Nos pusimos en marcha hacia mi nueva academia, mientras la radio sonaba a gran volumen en el auto. Mi madre me conversaba de lo que le había sucedido en el trabajo esa mañana y yo de lo que me había sucedido en la escuela. Nos aconsejamos mutuamente, mientras reimos de nuestras historias diarias.

Cuando llegamos, me despedí de ella con un beso en la mejilla y bajé del auto. Abri las enormes puertas de donde ensayaría unas clases con un nuevo profesor. El lugar al parecer era un viejo teatro. Al entrar, habia un gran pasillo con espejos,y al final de éste, unas cortinas rojas que bajaban desde el techo. Las abrí lentamente, y me encontré con un salón muy grande. En el había una gran fila de butacas viejas que llegaban hasta unos cuantos metros de un ancho escenario. A los costados habia tres pisos de galerías, tambien con sillas, y cortinas rojas que adornaban los pequeños balcones que tenía cada una.