-Alba... No pares.- Jadeé con la respiración entrecortada por el esfuerzo, al ver que relentizaba sus movimientos.
-Joder, Nat. No aguanto más.- Fue lo único que pudo emitir, totalmente exhausta.
-Ya falta poco. Venga.
-Me vas a matar...- Bufó en un susurro, empezando a bajar más el ritmo.
-Pero si estamos a punto de llegar.- Intenté animarla.
-Natalia, que no puedo. Que se me va a salir un pulmón por la boca.- Soltó cuando paró finalmente. Yo me giré a mirarla, viendo como sujetaba sus caderas, y se inclinaba ligeramente hacia adelante, intentando recuperar el aliento. -No todas tenemos tu aguante.
-Pero si estábamos siguiendo un ritmo ligerito.
-Tía, pero yo no estoy acostumbrada a estos meneos. Cualquiera día me da un parraque, me quedo en el sitio y tienes que llamar a la ambulancia.
-Dios, eres una exagerada...- Me acerqué a ella, colocando una mano en su hombro. -¿Estás bien?- Me preocupé al ver que se llevaba una mano al costado con una mueca de dolor.
-Me ha dado flato.- Empezó a andar hasta uno de los bancos del parque, dejándose caer sobre este. -No vuelvo a correr contigo en la vida.
-Oye, que fuiste tú la que me pediste venir conmigo.- Me indigné sentándome a su lado. -"Natalia, quiero ponerme en forma, llévame contigo a correr, porfi, porfi, porfi."- La imité, poniendo una voz aguda que para nada se parecía a la suya.
-Ayer no corrimos tan rápido.
-Coño, porque era tu primer día, pero habrá que ir aumentando el ritmo, ¿no?
-No si eso significa mi muerte.- Dijo segura, levantándose y empezando a andar hacia la salida del parque. -Lo dejo.
-¿Ya te rindes? ¿Eso es lo que aguantas tú? ¿2 días?- La piqué, dando dos zancadas hasta colocarme a su lado. -Venga, Albi, que me estaba gustando hacerlo contigo.- Ella relentizó sus pasos, alzando las cejas burlona. -Osea, lo de correr juntas.- Aclaré, aunque no fuera necesario.
-Ya, ya te había entendido.- Vi como intentaba ocultar una sonrisa. -A mí también me gusta hacerlo contigo.- Dijo divertida, provocando que chasqueara la lengua, algo sonrojada. -No, ahora enserio. Me lo estaba pasando bien hasta que casi dejo de respirar.
-¿Entonces? ¿Vendrás otra vez?- Pregunté esperanzada.
-¿Pero tú no decías que preferías salir a correr sola? Si me costó la vida convencerte de que me dejaras venir contigo.
-A ver, porque es mi momento de desconexión. No me gusta estar con otra gente. Yo me pongo mi música, y me meto en mi mundo.- Ella me miró con obviedad, sin entender entonces mi postura. -Pero es que contigo es diferente, Albi. Tú no eres gente, contigo también desconecto y estoy en mi mundo.
-¿Yo no soy gente?- Me miró, alzando sus comisuras. -¿Y se puede saber qué soy?
-Pues tú... eres tú.- Ella volvió a mirar al frente sin borrar su sonrisa. -Eres mi mejor amiga.- Hice un puchero y ella negó con la cabeza, volviendo a acelerar sus pasos en dirección a casa. -¿No vas a volver a correr conmigo?
-Por hoy no. Además, ya es tarde.
-¿Por hoy?- Sonreí satisfecha. -¿Entonces mañana sí?
-Mañana es sábado.- Me miró como si estuviera loca. -Los sábados son para divertirse.
-Esto es div...
-Divertido para la gente normal.- Me cortó, riéndose de mí. -Además, te recuerdo que hemos quedado con el resto.
ESTÁS LEYENDO
Aura
RomanceAlba y Natalia son mejores amigas desde que se conocieron el primer año de instituto. Desde entonces siempre han sido inseparables, no había una sin la otra. Pero con los años su amistad se ha visto influida por nuevos sentimientos. Nuevos sentimie...