1. Amigas.

18.5K 506 180
                                    

-Alba... No pares.- Jadeé con la respiración entrecortada por el esfuerzo, al ver que relentizaba sus movimientos.

-Joder, Nat. No aguanto más.- Fue lo único que pudo emitir, totalmente exhausta.

-Ya falta poco. Venga.

-Me vas a matar...- Bufó en un susurro, empezando a bajar más el ritmo.

-Pero si estamos a punto de llegar.- Intenté animarla.

-Natalia, que no puedo. Que se me va a salir un pulmón por la boca.- Soltó cuando paró finalmente. Yo me giré a mirarla, viendo como sujetaba sus caderas, y se inclinaba ligeramente hacia adelante, intentando recuperar el aliento. -No todas tenemos tu aguante.

-Pero si estábamos siguiendo un ritmo ligerito.

-Tía, pero yo no estoy acostumbrada a estos meneos. Cualquiera día me da un parraque, me quedo en el sitio y tienes que llamar a la ambulancia.

-Dios, eres una exagerada...- Me acerqué a ella, colocando una mano en su hombro. -¿Estás bien?- Me preocupé al ver que se llevaba una mano al costado con una mueca de dolor.

-Me ha dado flato.- Empezó a andar hasta uno de los bancos del parque, dejándose caer sobre este. -No vuelvo a correr contigo en la vida.

-Oye, que fuiste tú la que me pediste venir conmigo.- Me indigné sentándome a su lado. -"Natalia, quiero ponerme en forma, llévame contigo a correr, porfi, porfi, porfi."- La imité, poniendo una voz aguda que para nada se parecía a la suya.

-Ayer no corrimos tan rápido.

-Coño, porque era tu primer día, pero habrá que ir aumentando el ritmo, ¿no?

-No si eso significa mi muerte.- Dijo segura, levantándose y empezando a andar hacia la salida del parque. -Lo dejo.

-¿Ya te rindes? ¿Eso es lo que aguantas tú? ¿2 días?- La piqué, dando dos zancadas hasta colocarme a su lado. -Venga, Albi, que me estaba gustando hacerlo contigo.- Ella relentizó sus pasos, alzando las cejas burlona. -Osea, lo de correr juntas.- Aclaré, aunque no fuera necesario.

-Ya, ya te había entendido.- Vi como intentaba ocultar una sonrisa. -A mí también me gusta hacerlo contigo.- Dijo divertida, provocando que chasqueara la lengua, algo sonrojada. -No, ahora enserio. Me lo estaba pasando bien hasta que casi dejo de respirar.

-¿Entonces? ¿Vendrás otra vez?- Pregunté esperanzada.

-¿Pero tú no decías que preferías salir a correr sola? Si me costó la vida convencerte de que me dejaras venir contigo.

-A ver, porque es mi momento de desconexión. No me gusta estar con otra gente. Yo me pongo mi música, y me meto en mi mundo.- Ella me miró con obviedad, sin entender entonces mi postura. -Pero es que contigo es diferente, Albi. Tú no eres gente, contigo también desconecto y estoy en mi mundo.

-¿Yo no soy gente?- Me miró, alzando sus comisuras. -¿Y se puede saber qué soy?

-Pues tú... eres tú.- Ella volvió a mirar al frente sin borrar su sonrisa. -Eres mi mejor amiga.- Hice un puchero y ella negó con la cabeza, volviendo a acelerar sus pasos en dirección a casa. -¿No vas a volver a correr conmigo?

-Por hoy no. Además, ya es tarde.

-¿Por hoy?- Sonreí satisfecha. -¿Entonces mañana sí?

-Mañana es sábado.- Me miró como si estuviera loca. -Los sábados son para divertirse.

-Esto es div...

-Divertido para la gente normal.- Me cortó, riéndose de mí. -Además, te recuerdo que hemos quedado con el resto.

AuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora