4. Confesiones a medias.

8.2K 466 164
                                    

Actualidad.

-¿Todavía estás así? Que hemos quedado en 15 minutos.- Me metió prisa María, al verme entrar al salón en chandal.

-No quiero salir.- Me crucé de brazos, tirándome en el sofá.

-¿Perdona?- Me miró alzando las cejas. -Ya te estás levantando y cambiando de ropa, no empieces con tus tonterías de niña de 5 años.

-No quiero. La vas a liar. Como siempre, vamos, pero hoy tengo todas las papeletas para comerme yo el marrón.

-Exacto. La voy a liar. A ti con alguien. Y si no quieres cambiarte no te cambies, lo conseguiré igual.- Dijo decidida, tirando de mi brazo hasta levantarme.

-Mari, que no quiero que me ayudes a nada, ¿no lo entiendes? No me apetece conocer a nadie, ni empezar nada. Estoy bien así.

-Tampoco te estoy diciendo que te cases. Solo es para que te diviertas un rato, si luego quieres ir más allá o no es cosa tuya.- Yo negué con la cabeza y ella bufó. -Ven, Nat, porfavor.

-Iré si me prometes que no harás nada que yo no quiera.- La miré cruzándome de brazos.

-Vale.- Soltó rendida. -A no ser que consiga que me digas que sí.

-Suerte con eso.- Reí burlona.

-Tú ponte guapa, por lo que pueda pasar.

-¿Más?- Bromeé, yendo hacia mi habitación para cambiar el chándal por unos pantalones negros ajustados y la primera camisa que encontré.

-¿Nat?- Ya me estaba maquillando cuando oí dos golpes en la puerta, a la vez que se abría hasta dejar asomar una cabecita rubia. -Osea, que es verdad.- Yo la miré confusa a través del espejo. -María me ha dicho que sí que venías, pero como antes me has dicho que pasabas...

-Me ha prometido que me dejara disfrutar de la noche en paz.- Respondí mientras me concentraba de nuevo en la perfección de la raya del ojo.

-¿Y tú te lo has creído?- Rió burlona. -¿No será que al final no te ha parecido tan mala idea?

-¿Que María intenté liarme con alguien? Nah... Suena super bien. Planazo.- Ironicé. -Ni loca, Alba.

-Pues muy guapa te estás poniendo.- Murmuró.

-Pero si voy como siempre...- Fruncí el ceño, revisando mi outfit en el espejo.

-Pues eso.- Sonrió guiñándome un ojo. -No creo que necesites mucha ayuda.

-Idiota.- Murmuré, elevando mis comisuras sin poder evitarlo. -Vamos, anda.- Me eché un poco de perfume, y cogí mi riñonera, agarrando a Alba de la mano para ir hacia el salón.

-Oye, que si quieres quedarte no pasa nada.- Me dijo despreocupada mientras andábamos por el pasillo. -Puedo quedarme contigo y vemos una peli o algo.

-Alba, te lo agradezco, de verdad. Pero no voy a hacer que te quedes aquí. Ademas, la Mari me ha prometido...

-Ya, ya. Que te dejará tranquila.- Me cortó. -Pero ya sabes cómo es.

-Cuando promete algo suele cumplirlo.

-¿De qué habláis?- Sonrió la otra, esperándonos en el salón, ya lista.

-De ti. Y de que espero que cumplas lo que has dicho.- Le advertí con la mirada.

-Claro. No voy a hacer nada que tú no quieras.- Sonrió tranquila, saliendo por la puerta, haciendo que ambas entrecerrásemos los ojos, sabiendo que algo tramaba.

_____

-¡Vamos Nat!- Gritó Julia por encima de la música, arrastrándome con ella a la pista de baile y empezando a saltar como una loca. -Pero muévete, chica.

AuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora