-¿¡Embara..qué!?
Si antes Marinette me mataba con la mirada, ahora creo que sería capaz de mandarme al mismisimo infierno. Y con justa razón.
- No señora Agreste....digo Emili...no estoy embarazada- Marinette fruncio el ceño e hizo un tierno puchero con sus labios.
Sus rojos, suaves y deseables labios.
Se hizo un silencio incómodo en la estancia y Marinette se tomo el zumo de naranja de un solo bocado.
- Bueno yo pense que por el compromiso apresurado tenían otros motivos para casarse, que lástima...yo creí que mi futuro nieto venía en camino- mi madre suspiro con algo de pesar aunque en su rostro podía atisbar un poco de picardía y diversión.
¿Un nieto?
¿Un hijo que sea mío y de Marinette?
Eso si que sería un verdadero sueño.
Recordaba perfectamente que desde el día en que la conoci había imaginado una larga vida a su lado. Una niña que sacara sus bellos ojos azules.
-Madre, aún creo que es muy pronto para hablar de eso. Marinette y yo necesitamos un tiempo para ambos...
La plática siguió una media hora más girando en torno a Marinette y a mi, mi madre estaba muy interesada en saber todo acerca del "amor de mi vida" aunque esto último si era cierto.
Hasta cierto punto todo aquello que había pasado era una oportunidad única para estar junto a ella. De alguna forma aún con ella odiandome por creer que quiero robar la compañia de sus padres, esto es lo más cerca de ella que he estado en años.
-Bueno..ya es hora de irme. Tengo algúnos pendientes que resolver - Mari jugaba ansiosa con sus manos y era más que evidente que estaba muy incómoda por el tema de nuestra "boda".
-Esta bien cariño, por ahora voy a dejar que te vayas pero tu y yo aún tenemos mucho de que hablar.
-Cuando tu quieras Emili- le sonrió dulcemente
-Adrien tu también ya tienes que irte, me imaginó que la llevaras a su casa. Aún debe estar muy débil y no creo que sea conveniente que condusca.
Mi madre tenía una expresión de extrema preocupación, no había pasado más de un par de horas pero al parecer mamá ya la acepto.
-No gracias. Yo puedo irme sola.
-De ningúna manera cariño, Adrien te va a llevar. Y eso no se discute.
Estaba de acuerdo con lo que mi madre decía y no queria que Marinette se fuera sola a su casa considerando que el doctor fue claro al decir que necesitaba cuidados.
-¿Aún no entiendo qué clase de pareja son ustedes? Por lo que puedo escuchar más parecen desconocidos que una pareja a punto de casarce.
Mamá era muy intuitiva y estoy seguro que si pudiera ver ya habría descubierto la farsa.
- Idea tuyas madre. Marinette y yo nos amamos.
Como desearia que eso fuera cierto. Que ella me amara.
Después de una despedida muy afectuoso de parte de mi mamá; Marinette y yo estabamos en mi coche. Estaba seguro de que el silencio se podía cortar con un cuchillo y ella estaba tan pegada a la ventana del copiloto que daba la impresión de que se quería fundir con ella.
-Puedes dejarme aquí. Mi casa esta muy cerca ya.
Apuntaba a una parada en la acera. Mentía. Su casa estaba aún muy lejos y yo lo sabía.
- Estas mintiendo y no me gusta escuchar mentiras de tu boca-le conteste lo que ciertamente era verdad. Su perfecta boca no estaba hecha para decir mentiras.
-¡¿A tí no te gustan las mentiras?! Porfavor no seas tan ciníco. Peor aún, después de como le mentiste a tu madre. ¿Dime cómo puedes ser tan ruín?
Mi pecho dolia. Dolía mucho al escuchar y ver la manera en la que destilaba odio hacía mi. Que la persona que ames te desprecie de esa manera es el peor sentimiento y aunque quisiera poder romper todas las barreras que me separaban de ella eso era imposible, mi madre necesitaba esa cirugía urgentemente y al parecer la idea de usar el compromiso para mejorar la situación de la empresa estaba resultando, tanto así que mi asistente confirmo en la mañana que ya había algunas personas que solicitaban una reunión. Era tarde para dar marcha atrás.
- Dije que no me gustaba escucharlas de tu boca bichito- con mi mano derecha acaricie levemente su mejilla sonriendole mientras fingía que sus palabras no me dolían.
- ¡No me toques!-respondió a la defensiva.
Ningúno de los dos dijo nada más. Simplemente guardamos silencio; un silencio muy incómodo. Decidí hablar
- Mañana a las dos vamos a hablar con la organizadora de bodas. Te voy a recoger en tu casa.
No respondio.
-No vas a decir nada. Esta bien
Más silencio. Decidí callar nuevamente hasta que llegamos a la verja de su casa.
Y en cuanto note que sus intenciones eran bajarse del vehículo puse seguro a todas las puertas.
-¿Así que en realidad no tienes nada por decir?
-¿Qué es lo que quiere que diga señor Agreste? Todo esta más que claro. Ya se a la clase de hombre a la que me enfrento.
-¿Y a qué clase de hombre se enfrenta señorita Marinette?-pregunté curioso.
-A un hombre sin escrúpulos, egoísta, frío, calculador. Eso es lo que es usted; pero no piense que le voy a dejar el camino libre para que se quede con el esfuerzo de mis padres- me regresó a mirar iracunda-y yo le prometo que voy a hacer de su vida un infierno tal como me la a hecho usted a mi. Después de todo dos también pueden jugar a este juego.
Sus ojos reflejaban una promesa y la firma de una guerra declarada
-Abra de una vez la puerta que no tengo tiempo que perder.
Quite el seguro del auto y rapidamente se bajo
-No lo olvides Marinette mañana a las dos. O si no, tu y yo bien sabemos lo que puede pasar-le adverti antes de que ella cerrara la puerta de un portazo.
Sentado en las oficinas "Agreste Desings" y luego de haber salido de dos reuniones no puedo evitar pensar en Marinette nuevamente, en nuestro próximo matrimonio. Nadie podia quitarme la sensación de felicidad por el compromiso que había en mi pecho a pesar de que ella me odie.
《Esto va a ser muy difícil》.
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Bendito Error
Fanfiction¿Un error te puede llevar al altar? La respuesta es sí, porque eso le pasó a Marinette.... ¿Cómo? Ven y descubrelo en esta historia llena de errores, de benditos errores. Porque las mejores cosas pasan por error.