El inhibidor

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—Vamos dale, nos van a agarrar —dice Nahuel mientras alumbra a Edy con el celular—, cuando se den cuenta que faltan las criptomonedas van a prender Akasha, van a poner la fecha y hora de hoy, la ubicación del datacenter y nos van a ver a nosotros dos como unos giles intentando decodificar la cerradura.

—Intentando no —dice Edy. Pulsa Enter, se escucha un zumbido que abre la puerta—. En todo caso nos van a ver entrar, conectarnos al servidor y copiarnos las llaves privadas. Pero eso no va a pasar. —Guiña un ojo.

—Ah, ¿no?, ¿y eso por qué?

—¿No te aburre tener que hacer siempre lo correcto, solo porque nos pueden ver por Akasha? ¿No te gusta más el mundo de las películas donde hay ladrones, policías y los buenos persiguen a los malos?

—La verdad que no, nosotros ya nacimos así, me encanta que no haya malos, mentiras ni engaños. Las mentiras son como las cucarachas Edy, por cada una que ves hay cientos que se esconden. Antes hacían esas cosas solo porque podían, ahora ni se te pasa por la cabeza.

—A vos no se te pasa. A mí sí, a cada paso que doy veo un ilícito posible. Todos bajaron la guardia sabiendo que está Akasha registrándolo todo, se sienten protegidos. Además, ¿quién te dice que solo pueden ver las cosas por orden de un juez electrónico? ¿Te pensás que el que maneja la maquinita no espía a tu novia mientras se baña?

Nahuel frunce el ceño.

—No creo, esas máquinas tienen auditoria permanente, y a nadie le interesaría ver a mi novia desnuda teniendo la posibilidad de elegir.

—A mí sí —dice Edy, se ríe.

—Dale, vámonos, no entiendo qué hacemos acá. Si sabía que esta era tu idea de hacer algo emocionante un viernes por la noche ni venía.

—Confiá en mí, entremos. Junto con lo de El Suceso y la creación de Akasha, esto que estamos por hacer es uno de los momentos más importante en la historia de la privacidad.

—Sí, me imagino —dice Nahuel—. Si nos llegan a agarrar mi viejo me mata.

—Juancrú no se va a enterar de nada, te lo prometo.

—Ah, ¿no?, ¿cómo estás tan seguro?

—Abrí la mochila, fijate lo que hay adentro.

—A ver —dice Nahuel, corre el cierre y asoma la cara—. Qué sé yo qué es esto, puede ser cualquier cosa, ¿qué es?

—Es un inhibidor, el led verde indica que está encendido y el azul parpadeando que está emitiendo...

—¿Qué led verde? —interrumpe Nahuel—, acá no hay ningún led verde prendido. 

La MallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora