Juancrú

11 1 0
                                    

Juan Cruz vuelve del almuerzo, sube por el ascensor y ni bien sale ve a Constanza en la oficina vidriada, qué buena que está. Le mira las tetas, golpea el vidrio. Constanza alza la vista. Hace señas con el pulgar de que le escribe por celular. Juan Cruz va a su escritorio.

«Qué hacés?» —le escribe Contanza por mensajero—, «te tengo buenas noticias».

«Si? contame».

«Bigote se fue a una reunión y de ahí se va a su casa».

«Qué bueno, me voy a dormir una siesta entonces si el viejo choto ya no vuelve».

«Anda tranquilo, cualquier cosa te aviso».

Juan Cruz deja el celular en el escritorio y le escribe desde la computadora por el chat corporativo.

«Por acá mejor».

«Que pasa, Juancrú, que me escribís por acá?».

«No, nada. Para no dejar rastros en el celular».

«Rastros de qué?».

«De nada, no te preocupes, es más cómodo por acá».

«Me da igual, qué pasa?».

«Cuando vamos a hacer algo divertido vos y yo? por qué no te venís conmigo y cuchareamos un rato?».

«Juancrú, comportate, te estás por casar».

«Sí, por eso, cuando me case el contador vuelve a cero, ahí me voy a portar bien».

«Todos dicen lo mismo».

«Y vos qué sabés?».

«Yo sé, Juancrú».

«Yo soy distinto».

«Sos un cliché, creeme!».

«Bueno, no importa. No sé, siento que entre nosotros hay una muy linda energía, que la podríamos pasar muy bien».

«Conozco a tu novia, Juancrú, me cae re bien».

«Pero ni se entera, por eso te lo propongo a vos, porque sé que no sale de acá. No siento que estemos haciendo nada malo, yo no me voy a ir con otra, la elegí a ella».

«Sí, veo. En otro momento te hubiese dicho que sí, pero ya no. Lealtad de género, supongo, si todas nos pusiésemos de acuerdo se acaba la infidelidad para nosotras. Si querés un día podemos ir a tomar algo».

«Imposible, no me puedo mostrar en público con otras mujeres».

«Veo que además no tenés amigas, me das un poco de lastimita. ¿No te pusiste a pensar que quizá tu novia piense igual que vos con eso de que el contador vuelve a cero?».

«Ahora que lo decís... en el último tiempo me tiene un poco abandonado. Voy a investigar».

«Perdón, eh! Suerte!».

La MallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora