Sabrina 4

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A ver, Roquito, vamos a tener que probar una heladería nueva hoy, ¿sí? —dice Sabrina y le pone la correa—, creo que ya fue suficiente. Además ahora que me voy a convertir en la señora de Juancrú debería prestarle un poco más de atención, pobre, lo tengo abandonado. ¿Vos no te vas a poner celoso cuando vivamos los tres juntos, no? No vayas a contar nada, ¡eh! —Le sostiene la cara y le da un beso esquimal. Rocco le lame la nariz—. Hermoso, vamos.

En el ascensor se cruzan con la vecina del piso de arriba. Rocco le ladra, Sabrina lo serena.

—¿Así que vos sos el famoso Rocco? —dice la vecina—. No sabés cómo llora, nena, cuando vos no estás. Acá se escucha todo, ¿viste?, las paredes son de papel.

Sabrina sonríe.

—Hay que tener cuidado, porque después la gente comenta. Decí que yo soy una tumba y no ando con chismes, pero la del sexto me cuenta que oye cosas que no quiere que sus hijos escuchen. Ya quisiera esa, con el marido aburrido que tiene. Vos no le hagas caso igual, divertite, que después te volvés vieja y fea como yo y nadie te busca.

Sabrina la observa con la boca abierta, sin creer lo que escucha. El ascensor llega a planta baja.

—Chau, nena, cuidate. —Le guiña un ojo.

En la calle Sabrina prende un cigarrillo y camina hasta la heladería nueva. Es más luminosa, tiene mesas adentro y afuera. Los gustos están en una heladera a la vista y tiene que abrirse paso entre la gente para encontrar el super dulce de leche, se ve bien. Espera su turno y la atiende una chica.

Cuando llega a su departamento se saca la ropa, prende el televisor y se tira en la cama. Roco la sigue. Le sirve helado en la tapa y empieza a hacer zapping. El celular vibra. Es el heladero que pregunta si va a pasar o prefiere delivery Vip. Lo bloquea. Sigue haciendo zapping hasta que encuentra su película favorita de terror. Se queda mirando, toma helado, relata los diálogos antes de que pasen, se asusta en las mismas partes y hace fuerza para que los protagonistas se den cuenta del peligro que corren. El celular vibra otra vez, es Benja. Piensa en la vecina, piensa en Juancrú y decide dejarlo pasar. La película entra en una meseta. Rocco lame la tapa vacía. Ella busca otra cosa y llega al porno. Está el pelado de la otra vez con una rubia distinta que se la chupa, la tiene enorme. Toma helado, se le cae un poco en el pecho y el frío la excita. Se empieza a tocar, descubre que se combinan sus dos mayores placeres. El pelado ahora se la chupa a la rubia. Sabrina pasa los dedos por el pote de helado y se toca. La sensación es extraña pero le gusta, se toca hasta entibiarse de nuevo. Lo mira a Rocco. Vacila, se muerde el labio, sonríe.

La MallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora