JULES ©

10. LA DECEPCIÓN

JULES

Domingo 11 octubre 10.15 am

Después de unos minutos andando desde mi casa, llego al parque. Dylan es muy alto y me es muy fácil encontrarlo. Voy hacia él y cuando se da la vuelta para verme, me quedo impresionada. Unos ojos negros, profundos y penetrantes me estudian por completo y me siento un poco intimidada. Dylan se agacha para saludarme. «¿va a...»
Efectivamente me da un beso en los labios pero no me sabe a nada, es como si no hubiera sido un beso con sentimientos.

- Hola, Dylan.

- Jules- me vuelve a recorrer con la mirada mientras yo sigo mirándole a los ojos, que por mucho que lo intento, no logran provocarme ni transmitirme nada- estás impresionante.

- Nos vimos hace solo unas semanas, sigo igual.

- Te juro que estás diferente.

- Bueno, podemos hablar de eso más tarde. Llevo preocupada desde ayer, ¿qué ha pasado?

- Julia, es importante que sepas que te quiero.- teniéndolo delante, difícil es contestarle lo contrario.

- Ya parece que no sé nada, Dylan, por eso necesito que me expliques qué ha pasado.

- Mmm... yo, no sé... a ver, no sé cómo decirlo ¿cómo se dicen estas cosas? A ver, hace unas semanas que Lili y yo hemos estado quedando más...- No puede ser- Bueno, pues un día nos enrollamos- siento que me desmayo. Esto no puede ser, no está pasando- pero fue sin sentimientos, no sé por qué lo hicimos. El problema fue cuando volvimos a hacerlo. Y al final, acabamos haciendo más que eso.- es mentira seguro.

- Es coña, ¿no?- digo sabiendo perfectamente la respuesta por el modo en el que me mira, serio, sin sentimiento, desde su altura.

- Julia, si no lo sintiera de verdad no habría venido hasta aquí a decírtelo. Yo te quiero de verdad y no quiero perderte.- No puede ser verdad, ¿no? Empiezan a picarme los ojos y una rabia empieza a crecer en mi interior.

- Si esto es verdad, dame por perdida- Dylan intenta acercarse hacia a mí, pero retrocedo- ¡Ni se te ocurra volver a hablarme en tu puta vida!- las lágrimas flotan por mis mejillas y seguramente tendré la cara roja pero ahora mismo eso no importa- ¿sabes qué? Que me alegro, porque esto me ha hecho darme cuenta de la mierda de persona que eres. ¡Gilipollas! ¡Cabrón!

- Jules, por favor...

- ¿Por favor, qué? ¡Vete!

- No podemos- intenta cogerme de las muñecas, pero las aparto bruscamente- No podemos dejarlo.- abre los ojos mucho y parece estar loco.

- ¡Fuera de mi puta vista!- todo el mundo en el parque nos esta mirando, pero me da exactamente igual.

Dylan agacha la cabeza y parece que se va a ir. Justo antes de irse, se gira y me mira fijamente a los ojos.

- Jules, de verdad te quiero para mí.- será gilipollas.

- ¡Vete a tomar por culo!- le digo gritando con todas mis fuerzas, con las lagrimas corriendo por mis mejillas.

Salgo del parque prácticamente corriendo y voy hacia mi casa. No me lo puedo creer. No puede ser. ¿Como ha podido hacerme eso? Dylan se ha acostado con Lili, puaj. Lili y Dylan han follado. ¿Que mierdas de amigos y personas son esas? ¿Acaso eran mis amigos? Lo peor es que todo el mundo a mi alrededor me advertía pero yo no les hacía caso. Yo confiaba en Dylan y, ¿para qué? Para que me ponga los cuernos con mi puta mejor amiga. Dylan me ha puesto los cuernos.

En ese momento recibo una llamada, miro el móvil y es Lili. Rechazo la llamada y entro en mi casa.

Por eso Lili lloraba tanto. No me echaba de menos, se sentía culpable. Y con razón.
Nada más entrar en mi casa, subo corriendo a mi cuarto y me tumbo en la cama. Lo acabo de dejar con Dylan. Joder. Dylan no es mi novio. Me da tanto miedo, Dylan era lo único constante y estable en mi vida. Puede que ya no lo quiera como antes, pero aún así lo necesito.