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Steve besaba con deseo la boca del contrario. Aunque su mente estaba enojada, su cuerpo ardía en deseo y en ese momento lo único que quería era tomar al castaño y demostrarle quién tenía el control.

Por su parte Tony se sentía arder. Tenía en su vientre ese calor que hace mucho no sentía y era demasiado placentero. Peleaba con su yo interno por el control hasta que su parte omega terminó por rendirse y sus manos fueron de inmediato a la camisa que vestía el rubio para ir desabotonando uno por uno. Cuando lo logró, paseó sus manos por el pecho delgado para tocarlo a destajo.

Ambos habían extrañado las semanas sin contacto, aunque no lo admitieran, se deseaban intensamente.

Steve sentía que estaba llegando su celo ante el deseo y el contacto con el castaño. Con rapidez sacó todas las prendas de la parte superior hasta que ambos quedaron con sus pechos en contacto.
Con una fuerza que desconocía en él, el rubio se levantó un poco y volteó a Tony, dejándolo boca abajo sobre la cama para poder oler su cuello.
Lamió y examinó la zona, sintiendo como el olor de su contraparte estaba tornándose más fuerte que antes. Cuando fijó su vista en la piel, se percató de que no tenía una marca.

- No... No estás... Marcado... - habló entre jadeos.
- No... Nunca... Nadie lo... Hizo - respondió igual de agitado.

Rogers siguió lamiendo y besando el cuello del otro cuando ya su erección se hizo dolorosa, luchó para sacarse los zapatos, pantalones y ropa interior, hasta quedar completamente desnudo ante un Tony que seguía portando sus prendas en la parte inferior.
Con premura, desvistió al más alto hasta que ambos quedaron sin ropa y seguían restregándose el uno contra el otro.

En ese momento, Steve despertó del trance.
No podía complacer a ese maldito, no después de todo lo que había dicho y hecho.
Se detuvo bruscamente y sometió a Tony con su voz alfa.
- NO - dijo en un tono más alto de lo habitual - SUFICIENTE - y con ello frenó toda acción en ambos.
- ¿Q...qué? - preguntó asombrado y caliente el omega.
- NO TENDRÁS NADA DE MÍ - y dicho esto se levantó de la cama y se paró a un lado de ésta.
- No... No lo entiendo... - por primera vez Tony se sentía débil, sin fuerzas. Sentía sus pensamientos confundidos y revueltos.

Se levantó de la cama sin mucha orientación y con el calor quemando su interior.

- DEBES VESTIRTE Y SALIR DE AQUÍ. AHORA - dijo el rubio sin abandonar su voz de alfa.

Casi en modo automático, el castaño se vistió y salió en completo silencio de la habitación.
Caminó mareado hasta la suya propia, pasando frente a sus empleados, los cuales no dijeron nada. Habían sentido el bullicio que provenía de la habitación del más pequeño, pero no pensaron que iba a quedar así
Los alfa que trabajaban para él sintieron su aroma y sus partes íntimas cosquillearon levemente.

Más de alguno pensó en que esa podía ser su oportunidad para tener una aventura con su jefe.

Tony ignoró las feromonas alfa que habían en el lugar y se encerró en su cuarto.

Se apoyó contra la puerta y cayó al suelo en una conmoción que desconocía en él.

Si bien había estado con algunos alfa de rango alto, no había pasado por ello. Que le dejasen a medio camino, excitado y con un celo incipiente.

Celo.

Estaba experimentando un celo.

Hace años que no tenía uno... Desde que su matriz se había atrofiado con tanto supresor y anticonceptivo.

Se levantó y fue a su ducha privada. Necesitaba sacarse el olor a Steve que lo tenía en las nubes.

Sabía que al elegir a Rogers como su experimento pasarían cosas un tanto... Extrañas en él.

Pero jamás pensó que podría volver a tener un celo.
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A la mañana siguiente, Tony se levantó de la cama. Había dormido pésimo. Pesadillas, despertares a cada hora y su celo en apogeo. El dolor en su bajo vientre le decía que iba a durar un par de días más... Quizás unos dos días más.
Ya vestido, salió rápidamente de su habitación para llegar raudo a su laboratorio.

Al entrar en él, se encontró con Bruce que había llegado mucho antes para revisar las dosis de suero que iban a dar a los primeros compradores.

- ¿Entraste en celo? - preguntó el científico cuando le sintió entrar por la puerta.
- Hola Banner, buenos días... Sí, anoche entré en celo - respondió cansado el omega. Si bien sus feromonas estaban locas completamente, su cerebro le permitía mantenerse centrado y no revolcarse por qué un alfa lo tomase y le dejara su marca.
- Pero... Quisiera saber cómo lo lograste - habló Bruce, el cual estaba empacando el Extremis 3.0 dentro de unas cajas.
- No fui yo... Fue Rogers.
- ¿Qu... Qué? ¿El alfa debilucho y enfermizo? ¿Ese que casi no resiste la última dosis que le inyectamos?
- Sí, el mismo... - Tony se quedó pensativo antes de continuar - El suero hace que tenga una voz de mando potente que no pude resistir...
- ¿Eso significa que...
- Que la próxima dosis será completa. Vamos a ver como funciona en  Steve Rogers.
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Steve supo, por el personal de la casa, que Tony se había encerrado en su laboratorio con Bruce. Si no supiera que el científico no era un peligro, estaría celoso a niveles inmensos.

Decidió salir. Está vez no llamaría a Matt, si no que saldría a dar una vuelta por sí mismo. Ya bastante había conocido junto al chico no vidente y se sentía capaz de no perderse.

Y bueno, aunque se perdiera, sabía que los gorilas de Stark lo seguían.

Tomó una ducha rápida para despejar sus pensamientos ya que lo ocurrido la noche anterior le tenía descolocado.

¿Acaso Tony había entrado en celo?
No, eso era imposible. Él mismo le había dicho que era un omega defectuoso, incapaz de tenerlo.

Aún así... Su olor... Su calor...

Dejó que el agua fría se llevase sus pensamientos y lo liberara de todo lo que estaba en su cabeza.

Salió pronto, se subió al automóvil que estaba afuera sin previo aviso y le ordenó al conductor que lo lleve al centro comercial.
Éste sin quejas, condujo hasta el lugar para luego irse en cuanto el rubio descendió del vehículo.
Entró y revisó todas las tiendas. Quería comprar algo de ropa ya que, con los cambios en su cuerpo, muchas de sus prendas le estaban quedando pequeñas.

Entró a un local de estilo. Una muy amable omega le asesoró en qué comprar. Se probó todo lo que pudo y decidió llevarse unos pantalones negros semi ajustados, una camisa negra también y u  suéter de color blanco. La combinación le había gustado y al parecer él le había gustado a la omega, ya que ésta le dejó su número escrito en la boleta.

*Si me hubiera visto hace un año... Ni siquiera habría dejado que entre en la tienda* pensó con melancolía.

Eso le hizo volver a lo que la famosa medicina que probaban en él... ¿Realmente era una medicina? ¿Cómo se llamaba esa cosa?

Ah, sí... Extremis 3.0... Había escuchado, antes de su primer encuentro con  el castaño, que era prácticamente una droga. ¿Acaso Stark le estaba drogado? ¿Pero cómo una droga iba a dejarle mejorías sin causar adicción?

Con todas esas dudas caminó dentro del centro comercial hasta que llegó a una pequeña cafetería. Pidió un café con un croissant y se sentó en las mesas que había  fuera del local.

Mientras comía y pensaba, sintió como era tocado en su hombro. El olor se le hizo familiar y sonrió.

- ¡Hola Matt! - saludó alegremente el rubio.
- No creí que fueras hombre de centro comercial...
- No lo soy, pero necesitaba algo de ropa y ya sabes, no se compra sola - dijo reprimiendo las ganas de guiñarle un ojo a su amigo.
- Justamente estaba pensando en ti. Quería invitarte a un lugar de esta ciudad que adoro.
- ¿Y dónde sería eso? - preguntó inquieto el alfa
- A mí departamento... - dijo el pelirrojo con una sonrisa en los labios.

*Esto estará muy bueno* pensó el mismo...
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Hola! Perdonen la demora.😭
Un hiatus y ya volví.
Además, cortar el hilo de la histora de mi querida ~Criss hubiera sido una falta de respeto.
Ahora... Estén atentos a lo que se viene...
*Tienen alguna teoría sobre qué pasará? *
Los ama #JennStonner

Toxic Passion: Multiversos Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora