*Cap. 3*

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Entramos al teatro, fingiendo que no estábamos más emocionadas por nuestro chofer que por la obra.

Le susurré mi plan a una prima primero y luego a la otra durante casi todo el primer acto, intentando ser cuidadosa y que nadie alrededor se molestara, sin embargo, lo hicieron igual. Amargados todos, ¿que acaso nunca fueron jóvenes?

Fuimos al tocador en el intermedio. Me pinté los labios y salí en dirección a nuestro chofer, el chico sucio que ahora estaba totalmente presentable.

Intenté conversar con él dentro del carro, mientras mis primas seguían en el teatro y veían la segunda parte de la obra.

Steve me dijo que no estaba seguro que fuera correcto que yo estuviera ahí con él y que por la referencia de mi madre sabía que era yo quien se casaría, que mis cabellos rubios me habían delatado, ya que mis primas tenían el cabello negro, y que me debía respeto.

-Solo es una conversación- le dije e intenté permanecer tranquila y segura.

Insistía en que no era adecuado pero que una vez saliendo del teatro ya no me permitirían volver a entrar puesto que la obra estaba siendo ejecutada. El portero no permitiría que nadie entrara.

-Está bien, pero explícame ¿por qué quisiste salir y venir a hablar conmigo?-me dijo con voz firme, sexy y algo nerviosa a ratos.

-Yo... yo.. ehh..- le dije y luego respiré profundo para hablar bien y darle alguna escusa convincente. La verdad es que ni yo sabía qué hacía ahí, de pie afuera del carro preguntando con la mirada si podía entrar. Mi mente no sabía qué decir ya que mi cuerpo era el que me había llevado a esa situación.

-Yo...-dije retomando con adrenalina controlada-yo quisiera saber si tienes necesidad de un trabajo estable, porque quería proponerte ser nuestro chofer todos los días que mis primas se queden conmigo en casa, la casa que tu ya conociste, de hecho...¿qué te pareció la casa? ¿bonita? me dijeron que la habían construido mis abuelos de parte de papá, él nació aquí a diferencia de mi mamá...-dije y no podía parar de hablar, cuando me di cuenta del brillo de sus ojos iluminados por el farol de la calle me quedé en silencio y le dije: -¿Puedo saber de qué color son tus ojos?-

Steve mantenía una postura algo informal a diferencia de la rectitud con las que nos saludó y se presentó al lado de mi madre, ahora tenía las manos en los bolsillos del pantalón y los hombros algo elevados. Un segundo después noté que seguramente era una forma de cubrirse del frío de aquella noche. Que difícil trabajo es esperar fuera del teatro que las clientas vuelvan, ¡pero qué fome!, pensé y me dieron ganas de decírselo.

Cuando noto que estaba vagando demasiado. Steve me dice: -Entonces quieres saber de qué color tengo los ojos. Eso era todo. ¿Tienes curiosidad? Pues los tengo de color verde-.

No me mira, solo me responde, mantiene su mirada en el suelo.

Verdes, que hermoso. No se los he visto. Quisiera ver sus ojos verdes. Steve ojos verdes. Me encanta como suena. Woow, siento algo. No sé bien lo que es. Atracción. Curiosidad. Ganas de besarlo quizá. Todo a la vez. Que hermosa voz tiene. Tendré que creerle. Los tiene verdes. Pero en verdad quisiera vérselos. ¿Cómo haré para pedirle que me muestre sus ojos? ¿Se molestará?

-¿Y sabes de qué color los tengo yo?-le dije atrevidamente. Necesitaba con fervor que me viera a los ojos. Hay tantos tipos de verde, quiero saber cuál es el de sus ojos, quiero ver su rostro, quiero descubrir por qué me hizo sentir de un modo tan especial con solo pasar por mi lado.

-De seguro los tienes azules o bien claros, casi celestes, considerando tu cabello claro y tu extraña pregunta- me respondió.

-Te equivocas, pero antes, ¿por qué es extraña mi pregunta?-me atreví a responderle.

Amor TransgresorWhere stories live. Discover now