CAPÍTULO 30

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CAPÍTULO 30

DARIEN

Cuando desperté por el sonido del despertador sentí algo de frío, al abrir mis ojos descubrí la razón...

-¿Dónde?- al tocar su lado de la cama sentí que estaba demasiado frío ¿Qué estaría haciendo levantada tan temprano?- ¿Serena? ¿Serena?- la llamé gritando algo nervioso mientras recordaba nuestra conversación de anoche- ¡Maldita sea!- tras comprobar que sus cosas no estaban en la habitación me vestí con lo primero que vi y salí corriendo en su busca, anoche la noté algo molesta pero no pensaba que fuera para tanto ¡Necesitaba que me escuchara! Y decirle que la amaba. Casi caigo con mis propios pies por ir tan rápido pero al coger la llaves vi su nota- "Darien, necesito correr. Nos veremos después, te quiere Serena"- ¿Qué? ¿Eso es todo? No sabía si gritar de alegría o de enfado ¿Por qué demonios no la puso en un lugar más visible? ¡Me había llevado un susto de muerte por nada! Pero al menos tenía la tranquilidad que no se había ido por otra cosa... Aunque me seguía escamando su comportamiento de anoche...

Así que estuve dándole vueltas al tema mientras me daba una ducha y me vestía ¿Serena quería ser madre? ¿O sólo era añoranza de lo que había perdido con su sobrina? Seguramente sólo fue el momento... ¿Pero y si no es así? Si bien es cierto que me gusta nuestra vida como está también tengo previsto tenerlos en vista a futuro... ¿Debería decirle? Suspiré mientras terminaba de peinarme ¡Por nada del mundo quería perderla! Eso me trajo recuerdos del imbécil del hospital ¡Había dejado bastante claro que iría por ella! ¡No podía permitir algo así! Para colmo de males hoy lo vería en el Hospital ¡Mierda! Estaba seguro que si no me ponía las pilas la perdería ¡Y eso no iba a consentirlo de ninguna manera!

El sonido del timbre me sacó de mis divagaciones, cuando fui a abrir me sorprendí de ver a Malaquite en la puerta.

-Buenos días señor Chiba, vengo por Serena...- resoplé ¡Se había ido sola! Entonces recordé nuestra conversación sobre recuperar su vida y supe que era lo correcto. Había demostrado con creces que podía confiar en ella, así que era el momento indicado...

-Malaquite entra y siéntate, tenemos que hablar...- su cara cambió radicalmente, lo noté algo tenso pero aun así lo hizo, me senté frente a él y comencé- No sé si Serena te lo haya mencionado o no, pero hablamos de prescindir de tus servicios.

-Sí, algo me dijo...- no se veía muy feliz, la verdad es que no creo que ni yo lo estuviera pero era lo mejor.

-¡Bien! Si bien es cierto que quería esperar un poco más, después de meditarlo mucho he llegado a la conclusión que es lo mejor para ambos hacerlo ya.

-Entiendo señor Chiba...

-Como sabes te pagaré todo lo acordado a pesar que no se cumplió el tiempo de contrato.

-No es necesario señor Chiba, desde el comienzo supe que sería temporal, lo que no esperaba era conectar tan bien con mi cliente...- dijo lo último casi en un susurro que alcancé a escuchar perfectamente y no pude evitar reír, él se sonrojó.

-No quiero que me malentienda...- ¡Como si eso fuera posible!

-Lo sé, conozco tus gustos y fue por esa razón que te escogí...- asintió todavía avergonzado- Ella se hace querer...- pensé en voz alta ¡Por eso no podía perderla! ¿Cuándo tiempo estuve pensando que esto de casarse y tener hijos no era para mí? Debido a mis gustos y necesidades nunca me planteé encontrar a alguien que me complementara y me hiciera desear más como ella lo hace- Pero ahora que está todo bien no puedo mantenerla así...- no quería explicar de más, de todas formas al igual que sabía la razón del porqué lo contraté se imaginará porque la restricción del mismo.

Doctora TsukinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora