CAPÍTULO 4

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CAPITULO 4

SERENA

Después de irse Darien al trabajo me quedé conversando animadamente con Yaten y Luna, ella no paraba de hablarme de lo maravilloso que era su hijo... Aburrido,solo le asentía y le decía que sí a todo, no estaba hecha para relaciones y no creo que cambiara nunca de parecer, es verdad que Darien me interesaba pero solo para que me follara bien duro, era bueno y para mi suerte... ¡Joder tenía el mismo aguante que yo! Algo insólito para mi, que con los muchos amantes que he tenido hasta ahora ninguno le supera, haré lo que sea por mantenerlo...

Cuando terminamos cada cual volvió a su trabajo, como siempre que lo hacía era como cambiar el chip y me transformaba en otra persona, una a la que me gustaría parecerme, suspiré en derrota, en cuanto saliera de aquí volvería a sentir la necesidad de siempre ¡Bien centrate Serena! Una vez que terminé de inspeccionar los pacientes que me correspondían, iba a tomarme un merecido café para despejarme cuando volví a encontrarme con el imbécil de Diamante,rodé los ojos, parecía venir hecho una furia ¿Que coño le pasaría ahora?

-¿Puedes explicarme porque tu amigo- dijo de forma irónica- el Senador ha dicho en la tele que tiene novia?- lo miré sorprendida, era la primera noticia que tenía ¿Tenía novia? ¡Mierda sabía que no podía ser perfecto! Algún fallo tenía que tener y para mi desgracia ya lo había encontrado.

-Ni lo sé ni me importa- lo miré fijamente- es solo un amigo Diamante,no es como si me tuviera que dar explicaciones de su vida, además que no tengo porque darte explicaciones de nada- lo miré alzando una ceja.

-Pues me pareció que hablaba de ti- reí sin parar, el se veía contrariado.

-No lo creo- reí mas- ya te he dicho que solo somos amigos y nada más, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer - seguí mi camino dejándolo allí e ignorándolo completamente ¡Imbécil! ¡Como si tuviera derecho de ahondar en mi vida.

-Sere- se me acercó Rei de forma tímida, era una neuróloga muy buena del hospital con la que había coincidido algunas veces fuera de aquí y podríamos decir que habíamos terminado en la cama, no solían gustarme las mujeres solas, pero Rei era muy buena y me hacía disfrutar a pesar de no haber hombres, sabía lo que hacía usando juguetes, hemos pasado unos ratos increíbles, me gusta jugar con ella de vez en cuando, sé que siente algo mas por mi pero no me va ese rollo, ambas lo sabemos por eso ha aceptado tríos conmigo junto a hombres a pesar que los odia, prefiere hacerlo a solas pero siempre así me aburre ¿Que le voy a hacer? ¡Soy demasiado ardiente para mi bien! La única regla que pone es que no la follen, y a mi me vale - me gustaría saber si podemos quedar a la salida para tomar algo y... -pensé en Darien pero si tenía novia seguro que estaría con ella, así que me decidí a jugar a solas con Rei, después de tanto hombre me vendría bien cambiar ¿o no? Resoplé frustrada ¡Lo que daría por que Darien participara! ¡Pero en fin! ¿Que le vamos a hacer? ¡Disfrutaré con Rei, ella me miraba expectante esperando mi respuesta ¡Me parece que me quedé demasiado tiempo en mi mundo!

-¡Claro Rei!- sonrió- nos vemos después donde siempre- ella asintió muy feliz, le devolví la sonrisa y partió rumbo a su trabajo y yo al mío, llegué a mi oficina, terminé de ver unas cosas, tuve que intervenir a un paciente de última hora, porque no había nadie mas disponible y una vez que terminé mi turno me cambié y fui a casa. Quería tenerlo todo preparado para cuando llegara Rei.

Sonreí, me esperaba una noche entretenida, no sería igual que con Darien... aunque Seiya tal vez...¡No! Me dije que sería solo con Rei, de vez en cuando le daba el gusto igual que ella a mi.

Divagando llegué a mi casa, aparqué y subí rápidamente. Debía darme prisa si quería estar lista para cuando llegara Rei. Comí algo rápido, me di un baño de espuma y me puse uno de mis camisones mas sexy, era rojo, el color favorito de Rei. Prepare unas fresas, nata, chocolate y una botella de champán, entonces llamaron y fui rápidamente a abrir, allí estaba ella igual de sonriente y ardiente como siempre, su mirada me penetraba hasta lo mas hondo.

Doctora TsukinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora