Doctora Tsukino

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 5

SERENA

Después de mi conversación con Andrew, salí y Mina me miraba de esa forma que odiaba, la callé con la mirada, pero una vez que salimos no pudo evitar preguntar.

-¿Te lo tiraste otra vez verdad?- reía, yo solo suspiré.

-De verdad que intenté hablar y salir como te dije pero...

-Te acorraló y no pudiste negarte a echar un polvo de despedida- la miré mal.

-No fue así... el ¡Joder sabes que no puedo negarme cuando me encienden y Andrew sabe como hacerlo! - ella reía sin parar.

-Ahora que tienes al bombom de Darien, espero que te baste con el... - si Darien era el primer hombre en seguirme el ritmo pero ¿Aguantaría una relación con alguien como yo? Suspiré, no lo creía, le gustaba jugar conmigo pero de ahí a una relación...

-Nos conocemos muy poco para eso Mina ya veremos... - resopló, llegamos al coche, la dejé en su trabajo y me fui al hospital, suspiré antes de bajarme del coche, al final había sucumbido... pero no lo volvería a ver más... o al menos eso esperaba...

Me cambié, empecé mi rutina diaria. La mañana pasó muy ocupada, después de comer en la cafetería del hospital fui a mi oficina, había sido un día duro.. estaba cansada, llevaba unos días sin apenas dormir, el trabajo y el sexo...me relajé un poco en mi silla, cerré los ojos y sonreí recordando lo bien que lo había pasado las últimas noches con Darien... solo de recordarlo me encendía otra vez, así que decidí salir de mi oficina para evitar masturbarme de nuevo, nunca me había pasado hasta que los conocí, y no estaba bien que esta parte de mi saliera aquí.

Fui a sacarme un café y me encontré con el idiota de Diamante de nuevo, estaba coqueteando con otra de las doctoras ¿En serio? ¿Este hombre no sabía que había sitios para ir a ligar que no fueran el sitio de trabajo? Suspiré frustrada , esperaba que no se diera cuenta de mi presencia, era demasiado idiota para saber lo del club y yo no iba a decírselo para tener que aguantarlo allí también... aunque se lo podía mandar a Neherenia... Sonreí de mi propia maldad... Si así esa vieja zorra...

-¡Te veo muy contenta hoy Serena!- ¡Mierda! Tan perdida andaba en mi mundo que no me di cuenta que se acercó a mi.

-Si, lo estoy- me miró receloso y alzando la ceja.

-Se puede saber ¿porque?- dijo con un toque de cinismo, le entrecerré los ojos.

-No creo que sea asunto tuyo ¿no crees?- ahora se veía enojado.

-Tal vez lo sea- se cruzó de brazos mirándome serio y enojado ¿Que se creía este imbécil?

-No lo es- le dije firme y enojada- mi vida es mía y nadie más que yo la controla- cogí mi café e iba a irme cuando me detuvo del brazo.

-¿Te estás tirando a Chiba?- lo miré mas enojada.

-Mira, solo una cosa te voy a decir- le decía a la vez que le golpeaba con el dedo en el pecho- mi vida privada, es eso privada por si no entiendes el término – resopló pero se mantuvo callado- y en cuanto a Darien no te importa lo que haga con el- le di una última mirada de odio y me fui a dar una ronda a mis pacientes, el café me lo bebí entre ronda y ronda ¡Maldito idiota! No puedo creer que tenga la desfachatez de exigirme cuando no somos nada.

Me distraje un poco de mal rato anterior, hasta que me llamó Molly para avisarme que tenía visita, me extrañó un poco, nunca nadie venía aquí, incluso me extrañó que el otro día lo hiciera papa, y así de intrigada fui hacia mi oficina. Al llegar a su mesa le pregunté.