En donde Chaeyoung intenta conquistar a Mina con dulces y atrevidos piropos de albañil.
"- Mamita, ¡no serás oreo pero te baño en leche! - gritó la pelicorto en medio de la cafetería.
- ¡Yah! ¡Son Chaeyoung, eres una maldita pervertia! - exclamó son...
Chaeyoung tomaba vaso tras vaso hasta que comenzó a sentirse liviana, el alcohol estaba haciendo estragos en su cuerpo y le encantaba.
– Hola, Son – saludó aquella chica que amaba en total secreto – no pensé que vendrías – sonrió un poco y Chaeyoung la miró.
– Holy Shit – artículo al ver semejante obra de arte que tenía en frente.
La boca de la coreana se abrió levemente y su mente no tardó en crear escenas en donde la protagonista era ella sacándole la ropa a la castaña.
Mina llevaba un top blanco que dejaba al descubierto sus lindos y trabajados abs, un jeans simple azul oscuro y vans. Se veía casual, pero no eso no quitaba el hecho de que se viera sexy.
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– ¿Qué pasa, Chaeyoung? ¿Te gusta lo que ves? – habló coquetamente acercándose a la menor que sin pensarlo asintió repetidas veces sin dejar de verla de pies a cabeza.
– Estás hermosa, Myoui – logró decir causándole un pequeño rubor a la nombrada.
Ambas chicas estaban ebrias, de eso no cabía duda, sus movimientos eran lentos y arrastraban las palabras, pero estaban lo suficientemente conscientes como para comerse con la mirada.
– Tú no te quedas atrás, no sabía que podías ser tan sexy – habló la japonesa mordiéndose el labio.
¿Cuándo comenzó a hacer tanta calor?
– ¡Chaeyoung! – llegó Rosé a interrumpir el excitante ambiente – Oh, hola, Mina... tanto tiempo – habló mirando a la japonesa que no le presto atención por estar mirando aún a la pequeña – ¡MINA! – gritó y la castaña bufó para mirarla.
– ¿Qué quieres Park? Ya te noté, pero tu existencia es tan insignificante para mí que no quería saludarte – escupió Mina y Rosé rió.
– Bueno, tan hija de puta como siempre – comentó por lo bajo haciendo reír a Chaeyoung.
Todas se encontraban en la esquina VIP de la habitación, un rincón lleno de sillones blancos y luces neón de color azul, la barra a un lado le daba un toque más elegante.
De un momento, las luces cambiaron a un color rojo y Rosé sonrió al ocurrírsele una brillante idea.
– Tengo algo para ti, enana – susurró en el oído de la pequeña – comencemos con el plan – murmuró y tomando la mano de la coreana la guió hasta el sillón para empujarla hacia él.
Chaeyoung quedó sentada con una expresión de confusión en el rostro, no estaba en sus cinco sentidos como para saber qué es lo que pasaba.
Mina, por otro lado, se quedó inmóvil en su lugar observando cada movimiento de la pelirosada. Algo no le estaba gustando.
La gente de la sala comenzó a gritar un "woo" cuando Dance For You de Beyoncé sonó por los parlantes. La japonesa miró la escena que tenía en frente y su quijada cayó al suelo a la par que sus puños se cerraban con fuerza.
