7 de diciembre.
Creatividad: Si todavía no sabes qué es lo que significa la magia de la navidad y tampoco quieres un extenso discurso sobre ella, lo único que debes hacer es leer un cuento corto sobre esta y verás cómo querrás crear el tuyo propio.
Lo admito, los cuentos son mi perdición. Son el arte reproducido en unas cuantas páginas, reducen el número de palabras de una novela y son mucho más rápidos de leer. Me encanta. La creatividad se une con la inspiración momentánea y la historia fluye.
Jacob tiene esos ojos de ilusión impresionantes. Me causa ternura.
Megan anunció que hoy leería un cuento y los niños se ilusionaron tanto que se sentaron en el suelo aguardando la lectura.
Thiago deja al aire una sonrisa cuando Megan comienza a narrar el cuento con una voz dulce y apacible.
Sus ojos brillaban. Las luces de diferentes colores se reflejaban en sus iris como si se tratara de un espejo, pero en una versión más pequeña.
Eliot adoraba la navidad, anhelaba que todos los días fueran este. Tenía una deliciosa cena en sus narices, aroma a pino alrededor de su casa, todos sus familiares se reunían, los amigos de sus padres también. Pero él lo que más amaba era la presencia de una chica en especial; Cassie.
Ambos poseían catorce años, y durante todo el año esa era la única vez que hablaban. Se trataban como amigos, aunque sólo se veían durante las noches buenas. Ella era la hija de los amigos del padre de Eliot.
Ese último año los dos habían pasado por muchos problemas; discusiones familiares, pérdida de amigos, frustraciones amorosas y demás. Estaban atravesando el comienzo de la adolescencia y era comprensible que se sintieran un poco perdidos.
Cassie tomó la mano de Eliot por debajo de la mesa y al levantarse lo arrastró hasta el jardín de su casa. Sólo faltaban tres minutos para que la navidad llegara, y realmente no quería pasar ese momento junto a sus padres y gente que ni siquiera conocía.
Movían sus pies en la piscina mientras esperaban con ansias que los minutos pasaran. Ella acomodó su vestido antes de comenzar a hablar.
—¿Es normal que odie a todos los que están dentro de mi casa en este momento? —preguntó la niña mirando el rostro de su inusual amigo.
—¿Debo sentirme halagado de estar afuera? —intentó molestarla con ello.
—Sí, a ti no te odio... —lo miró a los ojos en el medio de la oscuridad— tanto.
Unos fuegos artificiales resonaron por el lugar, indicando que exactamente eran las 00:00 en donde vivían.
—Feliz navidad, amargada —levantó una de las copas que habían traído a escondidas. Esperó a que ella levantase la suya para chocarlas y beber el contenido.
Quisieron tomar un puñado de maní, pero sus manos se rozaron con delicadeza a mitad de la tarea. Sus miradas se cruzaron y, sólo porque sí, pensaron en un modo de romper la distancia que los separaba.
Los dos tenían sus hormonas alborotadas, y este era un buen momento para sentir ese pequeño y molesto cosquilleo en el estómago. La navidad siempre sería un buen momento para enamorarse.
Porque había algo especial, algo en el ambiente que lograba que las personas esparcieran alegría por doquier. Nadie comprendía qué era con exactitud eso.
Los fuegos se reflejaban en los ojos de él, mientras ella se preguntaba si sería correcto besarlo.
Sin saberlo, se encontraban a centímetros de rozar sus bocas y amar por completo la navidad, él a ella y ella a él.
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25 DÍAS PARA UNA NAVIDAD PERFECTA
Proză scurtăMack aún no ha perdido las esperanzas. Ella hará de la navidad un evento mágico, incluso tras la tragedia con la que tuvo que lidiar el año anterior. Su novio le dice que no es buena idea, su padre la obliga a olvidar lo que pasa cada veinticinco d...