Capítulo 8

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El cristal de la ventanilla bajaba con cierto sosiego. No era un coche, sino una furgoneta antigua de color rojo (Una GMC del 87'), para sorpresa de todos, el conductor nos invitaba a tomar asiento, segundos más tarde la invitación se convirtió en una obligación.

— Suban, rápido, no tenemos mucho tiempo. —

El ambiente iba volviendose tenso por momentos, noté como Ashley balbuceaba para contestar.
Un grito a lo lejos nos advirtió de la gravedad de los asuntos, un cuerpo militar de vestimenta negra corría hacia nuestra posición, a unos escasos 50 metros.

— ¡Esa patrulla se dirige a detenerlos! ¿¡A qué esperan!?, ¡SUBAN!

Entonces, desde aquel momento todo empezó a ir con impresionante presteza*.
De un momento a otro me encontré dentro de la parte trasera del furgón donde las ventanas estaban teñidas de negro y solo permitía que entrase la más mínima luz.
El conductor desconocido pisó el acelerador y salimos a la autopista en cuestión de segundos.

Reprimí mis ganas de preguntar, y al estar a oscuras y no saber que pasaba en realidad me quedé dormida.

Al despertar sentí un molesto cosquilleo en la muñeca, no le di demasiada importancia. Mis amigos yacían dormidos en sus asientos, al igual que yo.
Miré por el retrovisor al rostro desconocido, seguía sin poder apreciar bien sus facciones debido a la oscuridad.

— Veo que te has despertado, ¿cómo te encuentras? —
Supe que me había visto y no hice nada para ocultarlo.
— Bien, supongo. — Miré por la ventana, se podía apreciar la carretera a pesar de la tupida pintura. — ¿Por qué nos seguían aquellos policías?. — pregunté.
— Aquello no eran policías, son agentes del gobierno, actúan cuando hay algo que esconderle a la sociedad.
— ¿Te refieres que son...?
— Unos cubre-mierdas del estado, si era eso lo que estabas pensando.

Aquello no era lo que habría pensado pero la simple frase me hizo gracia.
¿Por qué razón deberíamos huir de los "cubre-mierdas del estado"?

— ¿Quién eres?. — recapacité.
— Perdón, no me te presentado, pensaba hacerlo cuando todos despertasen, llámame Hermes.

¿Hermes?¿Qué clase de nombre era aquel? Sin duda ocultaba su identidad.
— ¿Hacia donde nos dirigimos?

No respondió y supe que no lo haría por más que preguntase.
Repasé la mitología griega, Hermes era el dios de los ladrones.
Pasamos justo debajo de una farola y pude vislumbrar casi todo el interior del vehículo, pude leer en la parte superior, el techo, "RADIUM".
《— Somos la asociación "Radium", destinada a soslayar el futuro que os depara. . repetí la frase en mi cabeza.
Por primera vez sentí la necesidad de llegar al fondo de todo aquello y todos de una forma u otra estábamos implicados.
Escuché la suave respiración de Dean a mi lado y sin querer aquel acto volvió a hacer que el sueño volviese a mi cabeza ininterrumpidamente.
Me acomodé y fije la vista en la carretera.

Horas más tarde era ya noche cerrada, no había conseguido volver a dormir pero me sentía más descansada. Ashley fue la primera en levantarse y poco a poco todos nos incorporamos sin decir nada. El motor se detuvo poco después. Bajamos uno por uno, tenía las piernas entumecidas de tanto trayecto, al principio no sabía distinguir donde nos encontrábamos pero parecía ser una fábrica de abandonada.
"Hermes" bajó y gracias a una luz tenue por fin pude ver su cara. Parecía un hombre de no más de 40 años, de cabello castaño cobrizo y ojos expresivos, su sonrisa le daba apariencia amable, su complexión era normal pero se notaba que practicaba algún deporte. Esa fue mi primera impresión.
— Bienvenidos a RADIUM. — dijo.
Señaló la fábrica.
Hubo un fugaz silencio bastante incómodo.
— ¿Qué es "RADIUM"? — preguntó Anne.
— ¿No lo sabes?. — dijo extrañado. — Se supone que deberían saberlo ya, según el plan... — murmuró. —
— April y yo escuchamos algo de eso en Baker Street, no sabía que existiese de verdad...
— Con que ustedes dos ya lo saben, bien, bien. — interrumpió a Ashley. — Mejor entremos, ya está haciendo frío.

Le seguimos y nos miramos los unos a los otros.
Entramos a oscuras prácticamente.
Se oyó el click del interruptor y las luces fueron propinando luz para comerse la oscuridad a su paso.
Tal y como había previsto, era una nave industrial totalmente abandonada, parecía ser que allí se fabricaba botellas de cristal pero se dejó la actividad hace mucho tiempo.

— Vamos, no vayan a creerse que esto es RADIUM. — dijo al ver nuestras caras.

Se adentró y nos dejó solos.

— ¿Le seguimos? — murmuró Irene.
— No hay otra alternativa, digo yo. — contestó Ashley.

Eso fue justo lo que hicimos, seguimos los pasos de Hermes, daba a una profunda escalera que bajaba varias plantas a nivel del suelo.
Una puerta entreabierta se encontraba al final del camino. Entramos.
Aquella habitación no tenía nada que ver a la fábrica abandonada del piso superior, era sofisticada y prevista de tecnología, en la mayoría de las pantallas se muestra RADIUM, no eran ordenadores, toqué aquella superficie, era una especie de material negro cuadricular proyectado por un aparato diminutivo, pero su textura era similar a una bolsa de agua.
Eso no era lo único que se podía encontrar, al fondo pude ver una puerta de la que por los huecos escapaba una intensa luz, giré el pomo, entré, y luego me precipité al vacío.

Caí sobre una superficie dura, al mirar arriba no vi nada, todo había desaparecido.
Decidí caminar. A pesar de la situación algo influía en que no sintiese nada, no podía reaccionar.
Casi al instante un estridente sonido retumbaba por todas direcciones.
Entonces empecé a tener miedo, no era por nada, no había nada que lo hiciese real.

De la nada varios edificios empezaron a formarse. Parecía una calle.

Comencé a sospechar que era otro holograma como el que vimos Ashley y yo, pero definitivamente aquellas fachadas eran reales a la vista y al tacto.
No había nadie por ningún lado, entré en lo que parecía ser una tienda, tampoco se encontraba nadie dentro.
Volví a salir, no corría ninguna corriente de aire, no se escuchaba ni el más mínimo ruido. Estaba sola. Miré a lo alto de los edificios, pude ver una sombra negra que me observaba por una de las ventanas.

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*Presteza= rapidez

No sabía como meter la mitología griega y decidí hacerlo por el nombre de nuestro personaje desconocido "Hermes" al que hace referencia al mensajero de los dioses, no digo nada y lo digo todo, siempre me ha encantado la mitología y va a tener un papel muy importante.
No se preocupen, no a ser nada de fantasía o de magia, nada más lejos de la realidad, es más este libro no va a contar con nada de género fantástico.

 THE CONTRITUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora