03. Una Nueva Víctima

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Felix no estaba en su típico sitio, ahora estaba en la cafetería de dicho lugar mirando fijo su bandeja de comida, la veía con disgusto, bueno, no lo alimentaban con mala comida, además la comida había sido ordenada por el, que solo contaba con una malteada de fresa y un pastel de arroz, su mente estaba en otro universo, no podía mantener mucho tiempo sus ojos abiertos, los párpados lo delataban, eran pezados y sus ojeras tampoco le favorecían, sus muñecas mostraban hematomas de un color morado como si fuese un resiente golpe.

Por algo llevaba ese gran suéter, y además sus amigos podrían llegar a preguntar, preocuparse y llegar a hacer locuras. El no estaba notificado sobre el " nuevo paciente" pero lo sabría luego, lo único que quería era pensar sobre todo lo de la noche anterior, sobre como su propia madre lo tomaba a la fuerza y contaba cada cosa horrenda que su hijo padecía por tan asquerosa enfermedad.

Uno soy un asco, dos debo esconder mis pecas, tres no soy perfecto, cuatro debo dejar de hablar, cinco debo dejar de dibujar, seis obedece las medicinas cuatro....

repetía en susurro, todo lo que su madre y dicha enfermera le decían, hasta el mismo se empezaba a creer todo, sus susurros empezaron a subir un poco de tono, ya hablaba como si le estuviese diciendo a alguien todo de como se sentía. Era horrible para el, sus ojos se empañaban y no podía parar de decirlo, es como si su subconsciente mismo le hiciera repetir sin control aquellas peticiones que claramente eran todo lo que el no quería ser o escuchar.

—Lee Felix esta usted bien?— una enfermera se sentó a su lado, y este dejo de hablar.

Como si hubiesen puesto un pedazo de cinta en su boca, Felix apretó sus labios formando una pequeña "o" la enfermera lo miro extrañado, el no estaba consciente de que estaba destruyéndose a si mismo.

Hijo no hables mucho con nadie, tu voz... La puedes contagiar y hasta puede llegar a ser mortal. No quiero que hables amor, no me perdonaría si te enfermas peor.

—Felix— volvió a llamar aquella enfermera, sin dar ni una sola señal ella se sentó a su lado— te vengo a traer tus pastillas— le entregó el típico vasito que ya hasta Felix estaba harto de ver.

Con el rabillo del ojo, veía a la enfermera, ella se veía cansada, y desaliñada, su cabello estaba con una coleta ya sin forma, su maquillaje agotado, sus bolsas bajo los ojos, la tenían tan mal, ella sólo revisaba aquel porta papeles sin darse  cuenta
De la mirada del peliarena. Fijó su vista al porta papeles; fruncio el ceño al ver un nombre que no conocía.

Felix conocía cada paciente de aquella institución y aún si solo fuera sociable con su pequeño grupo de amigos, sabia el nombre de cada paciente, enfermera, y hasta los mismísimos doctores y administradores, pero al ver ese nombre se le hizo muy extraño.

—Que te sorprende?— dijo aquella enfermera al ver que Felix veía su portapapeles.

—Nada, simplemente que a el nunca lo vi aquí — admitió.

Ella río y se acerco más a Felix, es como si fuera un secreto o  claramente de que las enfermeras no pueden dar información de pacientes, pero para ella Felix era un excepción.

—Pues te dire— se acercó a su oído y susurró — es un nuevo paciente que vendrá hoy.

Abrió los ojos como platos, no le importaba en si que fuese un nuevo paciente le importaba era que ahora... Habría una nueva víctima para tan maldito lugar.

—¿Y de quien se trata?— se cruzo de brazos para esperar al conocido paciente.

—Velo por ti mismo— disimuladamente ella movió un poco el porta papeles para que el peliarena viera el nombre del ingresado.

Pero no fue lo único que vio, Félix quedo asombrado al notar el segundo nombre que le había llamado la atención en la parte que sobresaltaba con marcador neón "Egresados" y ahí se encontraba el nombre del otro australiano conocido como Bangchan, después el resolvería lo leído, subió su vista hasta la par de nuevos pacientes y leyó el único que había sido aceptado. No le importó mucho el dato pero cuando vio con más atención sonrió.

Seo Changbin? El compartirá dormitorio.... Conmigo?

Enfermedades ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora