06. Nuevo Amigo

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Se despertó semi desnudo, solo estaba en boxers , toda su ropa estaba regada en su habitación. Tocaron la puerta varias veces, hasta que sin permiso entró aquella enfermera con la paso esa noche.

—Hola rose— dijo seco.

—Hola Felix — le entregó de manera dulce sus medicamentos como rutina diaria pero también vino a darle una respectiva noticia— oye también vine a decirte algo— se sentó a su lado— pues en un par de minutos trearan la otra cama para acá, tendrás ese compañero nuevo que te mencione antes.

Changbin... Compartir?

Se levanto de su desordenada cama y prosiguió a tomarla por los hombros y sacarla a rastras de su habitación, coloco pestillo y camino en dirección al baño.

Las gotas caían sobre su cabeza, el agua tibia calmaba al australiano como si gotas fuesen puntos de masajes, con los ojos cerrados y su cabeza reclinada en la cerámica pensaba en lo dicho por Rose la enfermera.

¿Un compañero? ¿Porque ahora? ¿porque ese tal changbin?, ¿porque no ponerme con alguien que conozca?

Salió de la ducha con la toalla hasta la cadera, tomó un short negro suelto y una camisa blanca totalmente grande y holgada para reanudar su rutina.

Ya vestido se redirigió al baño para colocar su maquillaje como todos los días de su vida. Se miraba en el espejo, sus mismas expresiones reflejaban en el su asco.

Porque tuvieron que existir,son tan lindas pero tan enfermizas, por ustedes estoy aquí, solo espero el día en que desaparezcan, el día en el que este totalmente curado y pueda largar me de una maldita vez.

Como alguien podía decirle a Felix que esas pecas eran una de las cosas más hermosas que el tenia, porque habían lavado la mente de tan maravillosa persona. Ni siquiera sus amigos sabían que el tenia pecas, o dibujaba, o cantaba, bailaba, todos esos detalles que definían a Felix nadie los sabía.



Cuatro Semanas después°]




Estaba sentado en aquella banca nuevamente con su cuaderno de pequeños vocetos, el tenia escondido ese pequeño cuaderno detrás de ese árbol hueco, para su sorpresa nadie nunca tenía la certeza de revisarlo.

—¡Hyung!— grito JeongIn al acercarse en paso rápido a Felix.

Alarmado porque aquel venia totalmente rápido se levanto fugaz y lanzo el cuaderno al árbol. Sin darse cuenta que el cuaderno no cayo en el hueco que promocionaba su secreto sino, que cayo en el césped junto a esos arbustos.

—¿Que sucede?— dijo Felix algo extrañado por su composición.

—Tiene que venir a ver esto — sin esperar respuesta lo jalo al instituto nuevamente.

Felix quedo atónito, la enfermera rose ya no llevaba su uniforme, sino que, traía un lindo vestido color pastel, con el cabello arreglado un lindo y sube maquillaje con sus maletas en mano y un hombre a su lado.

—Felix— llamo Rose.

—¿Te vas?—dijo el peliarena arqueando una ceja.

—Si— sonrió  y tomo el brazo de su acompañante.

—¿Novio?— pregunto sin dejar de mirarla.

Ella negó.

— Es mi hermano jin young, el vino a recoger me— abrazo a Félix sin permiso— gracias por todo Pec...— aquel puso su mano en la boca de la chica.

—Que te vaya bien, y por favor no diga eso, me da asco que menciones así mi enfermedad.



[°°°]



Un chico pelinegro llamo la atención en el patio, pero el no estaba pendiente de que era el centro de habladurías en ese momento, llevaba sus audífonos puestos, mucha gente que pasaba a su lado temía en acercarse, este chico estaba total mente vestido de negro.

A el le gustaba dar esa cierta impresión, se creía un chico "Dark" casualidad o destino, la banca donde nadie jamas se sienta y tampoco esta a la vista... la encontró este petulante chico.

Acomodaba su pequeña mochila en los extremos de la banca, por ponerla de mala manera cayo, dando a aquel chico la atención de aquel cuaderno. Se levantó y tomo en sus manos aquello ya visto.

Se sentó nuevamente con el cuaderno en mano y empezó a hojear llamando totalmente su atención, para el eran tan magníficos dibujos y hermosas frases....

Pero para Felix que ni enterado estaba de que este chico revisaba uno de sus secretos... era lo más horrendo que podía ver.

—¿Seo Changbin? — llamo aquella enfermera.

—Si, soy yo— guardó el cuaderno en la mochila.

—Puede seguirme, quiero llevarlo a su dormitorio.

El chico siguió a aquella enfermera a su dormitorio. Encontrando a este  chico peliarena, Felix se hayaba con una pequeña caja plateada en manos, al notar tales miradas Felix vio al único desconocido en esa habitación.

Algo extraño sintieron los dos, como si hubiesen conectado miradas, tanto como para dejar de mirarse por  vergüenza o incomodidad.

Enfermedades ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora